68. George Weasley (2/?)

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Nota: Pronto ya habrá interacción con George, no desesperen.



Con cada paso te convencías de que todo era una muy, pero muy mala idea. No dejabas de cuestionarte cómo Harry Potter te había hecho cambiar de opinión. Los recuerdos de ese día no te dejaban tranquilizarte, intuías que él era consciente de que en cualquier momento te darías media vuelta y de echarías a correr y por esa razón no dejaba de voltear para cerciorarse de que lo estabas siguiendo. 

A pesar de las palabras de Potter, no estabas totalmente segura de que todos se fuesen a sentir cómodos con tu presencia. Tal vez no los delataste con Umbridge ni con Draco, pero seguías siendo parte de la casa que muchos consideraban como la más egoísta y tus amigos no eran unas blancas palomas. Honestamente nunca esperaste que cambiasen de opinión, mucho menos que el mismísimo Harry se tomaría la molestia de buscarte por los pasillos para pedirte perdón por la manera en la que habían actuado contigo en la sala de menesteres, tampoco cruzó por tu mente que te pediría que fueses parte del ejercito de Dumbledore. 

La semana pasada estuvo plagada de miradas incómodas y llenas de desdén hacia tu persona por parte del resto de los miembros pues estaban esperando el momento exacto en el que los expondrías y te regocijarías de su fin, pero conforme los días transcurrieron se dieron cuenta de que no podían estar más equivocados. Bueno, según Potter había sido Hermione la que se había dado cuenta primero. Ella era por mucho la más inteligente de todo el colegio, sin embargo, al igual que el resto, había dejado que sus prejuicios ganaran hasta que se tomó el tiempo de ver todo con calma. Aunque también cierta rubia de la que te habías alejado había hecho su parte para hacerles ver que tus acciones eran buenas.  

Fue difícil alejarte de Luna y no por el hecho de que fuese complicado evitarla en el inmenso colegio, sino por el hecho de que ella era una de las pocas personas que te hacían sentir como si pertenecieras. No obstante, lo habías hecho para no causarle problemas porque sabías lo mucho que disfrutaba las clases clandestinas, no querías quitarle eso y creías firmemente que si seguías siendo su amiga el resto creería que estaba fraternizando con el 'enemigo'. Esa semana había sido un verdadero infierno porque también te comenzaste a alejar de tus amigos. Ellos eran miembros de la brigada inquisitorial, todos ellos estaban convencidos de que Potter y sus amigos ocultaban algo. Hace mucho que no veías ese brillo en los ojos de Draco, ser parte de la brigada le había traído la aprobación de su padre y tú mejor que nadie sabía lo mucho que eso significaba para tu amigo; lo único que Draco Malfoy anhelaba en todo el mundo era que su padre estuviese orgulloso de él. Saber lo que ocultaba Harry solo puso un peso sobre tus hombros, era la culpa la que te estaba apretando la garganta, pero se sentía mil veces la presión cuando la idea de delatarlos te tentaba. No se sentía correcto y francamente no querías traicionarte a ti misma. 

— Harry, no creo que sea buena idea. − Se sentía raro llamarlo por su nombre, nunca lo habías hecho. 

— No, no es buena, es excelente. − Fue su respuesta, pero podías notar que él también estaba nervioso a pesar de que te había asegurado que el ejercito de Dumbledore sabía de sus planes de integrarte. — ¿Qué era? 

— ¿Qué era qué? − Lo miraste confundida.

— El mío es un ciervo. Ese encantamiento es muy difícil, lo sabes, ¿no? − Claro que lo sabías, esa magia todavía era avanzada para el año en el que se encontraban. —  Luna dice que eres buena para la defensa contra las artes oscuras, mencionó algunos hechizos y encantamientos que ni siquiera Hermione ha escuchado hablar. 

— Eh, yo, ¿sí? Supongo que soy buena, no lo sé, Draco dice que lo soy. − Harry te sonrió, sin inmutarse por la mención del rubio después de todo él sabía que Malfoy era tu mejor amigo. 

Antes de que pudieses seguir hablando, la puerta de la sala de menesteres se materializó. Te preguntaste si todavía estabas a tiempo para huir. No sabías lo que te esperaría detrás de la puerta, no estabas segura de si estabas preparada para las miradas que recibirías o si te sentirías cómoda, lo cuál era muy poco probable. 

Sin embargo, antes de que pudieses decirle a Potter que gracias, pero no, te tomó de la mano; un gesto que te tomó por sorpresa porque desde que él te había encontrado escondida en uno de los pasillos del castillo, había existido un cierto ambiente de inquietud entre ambos hasta ese momento. Tal vez el contacto físico de tu mano con la de él te dio una sensación de seguridad, no lo sabías, fuese lo que fuese, esa ansiedad en tu cuerpo pareció calmarse y sin resistirte dejaste que Harry te guiara dentro de la sala de menesteres donde el ejercito de Dumbledore esperaba. 

— Bien, después de una semana de pausa tenemos mucho qué hacer. − Al principio pensaste que el nerviosismo se debía a que todos veían que te tenía agarrada de la mano, pero pronto te diste cuenta de que estabas equivocada. Potter no era muy bueno hablando en público y de cierta manera mantener sus manos unidas también le daba apoyo moral así que apretaste su mano en un intento por hacerle saber que de alguna extraña manera estabas ahí apoyándolo. — Tenemos una nueva integrante que no solamente vino a aprender, también nos va enseñarnos algunos hechizos. 

Tu cabeza giró tan rápido que por un momento creíste que te romperías el cuello por la brusquedad, apenas si podías escuchar el murmullo que se había formado por las palabras de Potter pues toda tu atención estaba en él quién te miraba con una sonrisa amistosa y por primera vez en tu vida quisiste repetir las palabras que Draco siempre decía; 'estúpido Potter' 





Prepárense que es actualización doble.

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora