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Los pies y manos de Jungkook se encargaron de hacerme saber que aún seguía nervioso al este no dejar de moverlos.

—¿Estás bien? —Le pregunté de nuevo.

El pelinegro dejó de estar hundido en su mente y giró el rostro para mirarme: —Lo estoy. —Me dijo serio asintiendo. —Es solo que, me siento un poco nervioso. —Confesó regresando la mirada al frente y guardando ambas manos en los bolsillos de su chaqueta.

Yo también miré hacia adelante y en cuanto lo hice, sonreí al ver a Jimin salir con una sonrisa gigante.

—¡Yeonji! —Exclamó corriendo hacia a mi; sus pasos fueron tan rápidos que en segundos lo tuve frente a mí. —¡Lo hice muy bien! No puedo creer que todo me haya resultado tan sencillo. —Su alegría provocó más alegría en mí; estaba a nada de abrazarlo por lo mucho que sonreiamos los dos. Pero sus ojos pasaron a estar detrás de mí en seguida. —¿Él es...

—Jungkook. —Se apresuró a decir él mismo caminando los dos pasos que dí hacia adelante. —Soy Jungkook. —Repitió bajo extendiendo su mano hacia Jimin.

El peliazul solo miró la mano del que habló, hasta que este la bajó y guardó en su chaqueta de nuevo; la mirada de Jungkook era seria y un tanto nerviosa, como si sintiera que Jimin le rechaza al no estrechar su mano.
Cuando en realidad, este solo no puede dejar de ver sus zapatos.

—Hola. Soy Jimin. —Dijo segundos después con una sonrisa. —Eres exnovio de Yeonji. —Confirmó.

Los ojos de Jungkook se abrieron un poco más de lo normal al escuchar a Jimin, su mirada aún más nerviosa cayó sobre mí mientras yo reía por la poca discreción que Jimin puede llegar a tener: —S-si. —Respondió tartamudeando. —Pero ahora, solo soy su amigo. No te preocupes por eso.

—No me preocupo. —Respondió en seguida. —Yeonji y yo nos gustamos. Incluso, hemos tenido una cita, ¿Verdad?

—Y me divertí demasiado. —Dije sin dejar de compartir su sonrisa.
La sonrisa de Jungkook salió también al él entender que las palabras de Jimin no salían con el motivo de marcar una línea entre nosotros, sino que solo salían porque es su manera de querer seguir con la conversación.

Después, los tres tomamos camino hacia el auto de Jungkook, pues se ofreció a llevarnos a casa.

El camino tenía momentos silenciosos en los que no sabíamos como continuar con la conversación que pareció ya haber terminado. Pero después recuperabamos el ritmo y continuábamos hablando; me parecía increíble la manera en la que Jimin no se cerraba a cualquier cosa que Jungkook le dijera, siempre trataba de responder. Aunque si hubo veces en las que giró a verme para saber que responder.

Cuando llegamos, el pelinegro y el peliazul se despidieron agitando su mano levemente desde los extremos del auto. Luego de eso, Jungkook y yo vimos como Jimin entró a la casa al terminar de agradecer el transporte.

—Gracias, Yeon. —Habló Jungkook con una mueca. —Cuando envié el mensaje ayer, no sabía si estaba haciendo bien, pero me mostraste que si; en definitiva, nadie habría dicho algo tan reconfortante como lo hiciste tú. —Ver el lado sensible de Jungkook aún me parecía un poco extraño. —Jimin es, muy agradable. Ahora veo porque te gusta. —Continuó.

Sonrojada reí: —Si lo es. —Confirmé. —Jamás imaginé que todo esto fuera a pasar, pero me alegra que sea así. Me hace sentir demasiado feliz.

—Su alegría es contagiosa, lo he comprobado. —Volvió a sonreír, pero esta vez se adentró al auto para encenderlo. Hecho eso, la ventana del asiento del copiloto bajó y dejó que su rostro se viera. —Por cierto, Yeon, ¿Supiste que fué de Taehyung?

Autismo. || PARK JIMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora