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Mi madre nos visitó por segunda vez en el mes, esta ocasión con la excusa de que estaba de paso y quiso saludar. No había mucho que hacer cada que ella llegaba, solo conversar un poco mientras esperábamos a que Jimin terminara su tarea.
Cuando ella se fué, la despedimos ambos desde la puerta y después fuimos a la cocina para comer algo.

—Es callada.

—¿Quién?

Jimin sonrió bajo: —Tu mamá... Es muy callada.

—¿Cómo te atreves a decir que ella es callada, cuando tú eres el doble? —Mis ojos de reclamo lo miraron fijamente mientras se reía y asentía.

—Pero yo soy tímido. —Se justificó. —Además, yo comencé a hablar cuando tenía 5 años, eso me da razones para querer ser callado. A veces no estoy seguro de lo que digo. —Aunque Jimin está sonriéndome con ternura, siendo su rostro sostenido por sus manos que están a lo alto porque sus codos están sobre la mesa, yo lo miré seria.
Poco después desvié la mirada, de nuevo la conversación que tuvimos la señora Jeon y yo hace un par de semanas, llegó a mi; así como un montón de preguntas más. —¿Yeon..? —Preguntó Jimin buscando mi mirada con sus pequeños ojos.

Al escuchar su voz de nuevo, lo miré y suspiré: —¿A qué edad te detectaron autismo? —Pregunté.

Jimin alzó la cejas y miró hacia la alacena abierta, por un par de segundos viajó por su mente: —Tenía 2 años. —Respondió regresando su fugaz mirada a mí. —A mamá le parecía alarmante que no hablara nada, entonces terminamos en el doctor. El área del habla en mi cerebro estaba cerrada casi por completo, pero después de mucho tiempo en terapias y mucho trabajo de mamá, fué cuando comencé a hablar.

—Osea, hasta los 5. —Dije y el confirmó al asentir.

—Siempre me fué mal en la escuela; por eso, él prefirió irse cuando llegué a los 7. —Frunció los labios. —Mamá creyó que nunca supe el porque se fué, pero la verdad es que siempre me pareció muy obvio.

Me parecía curioso el como Jimin se refería a su padre como él nada más. Esta es la primera vez que habla sobre aquella situación que la señora Park se encargó de hacerme saber en mi primer día; los labios de Jimin estaban serios y sus ojos miraban la mesa, mas de alguna manera sentía que su corazón no sentía tristeza en este momento.
Tal vez solo, decepción.

De inmediato, la señora Park se encargó de hacerle saber a Jimin cuan valioso y amado es, tratando de evitar que él pensara que las acciones cobardes de su padre le hicieran creer que eran culpa del pequeño niño que era en ese entonces.

También sé que, mucho tiempo le costó a Jimin perdonar tal cosa; pues aunque ese hombre no lo mereciera, Jimin lo hizo porque de ninguna forma quería que su padre viviera atormentandolo en su enojo y resentimiento.
Él quería vivir libre de sentimientos que le podían enfermar.

—Termina tu comida rápido, hay algo que quiero que hagamos. —Dije para que su mente se librara de todo lo que dijo hace unos segundos.

Sus labios sonrieron un poco de nuevo y terminó su jugo de manzana de un solo trago: —Pero, ¿Y Seokjin hyung? —Sus ojos tiernamente preocupados hicieron que mi estómago sintiera un vuelco del tamaño de un avión.

Saliendo de esos encantados, le di un palmada en el hombro: —Decidió que te tomaras el día, ¿Hay algún problema si es así?

Como veces anteriores en las que su rutina se ve afectada de un momento a otro, Jimin comenzó a rascar levemente su mejilla mientras cargaba una gran expresión de conflicto.
Meció su cuerpo hacia adelante unas cuantas veces más, y después levantó la mirada hacia mí: —No hay problema, Yeon. —Me sonrió con dificultad.

Autismo. || PARK JIMIN Where stories live. Discover now