DELÍRIUM

Capitulo 10

—Pues... Yo no conozco que un hombre, bien hombre, le gusten otros hombres.

—Pues yo soy la excepción entonces. Querer o amar a otros hombres, no me hace menos hombre.

—Pepe, solamente te estoy pidiendo una noche. No importa si te vienes rápido o no quieres mirarme. Puedes metermela y ver que se siente bonito estar dentro de una mujer. — Siguió insistiendo la Pelos.

—Pelos, en serio. Esto me incómoda mucho y...

—Pues te incomodará, pero vas a ver. Un día se me hará realidad hacer el amor contigo, y ese día, vamos a procrear a nuestro primer hijo. No me rendiré. — La pelos parecía muy segura de sí misma.

—Mejor ayudame a limpiarle la sangre al chacal. No quiero que se vaya a desangrar.

La pelos hizo una mueca y junto a Pepe, auxiliaron al chacal.

Mientras tanto...

En la mansión de doña Evangelina, alguien tocaba la puerta con desesperación.

—¡Ya voy, ya voy!.— Gritaba doña Evangelina mientras caminaba hacía la puerta.— Encima de que tuve la cena más horrible, por culpa de ese marginal muerto de hambre, ahora tengo que lidiar con visitas a esta hora.

La mujer abrió la puerta, y se encontró con una chica rubia, delgada y muy bella.

—Ah... Eres tu, ¿Qué quieres?.— Preguntó la mujer.

—Necesito ver a mi Brandon ¡Hace unas horas, terminó conmigo por teléfono, y quiero una explicación!.— Chilló la chica.

—Mira niña, no tengo tiempo para tus berrinches. En esta casa, estamos muy cansados y queremos dormir. Ahora hazme el favor de retirarte.— Ordenó la viuda.

—¡No, no me voy de aquí sin que mi Brandy me dé una explicación!.— Siguió Chillando. — ¡Brandon mi amor, sal por favor, quiero hablar contigo!.— Gritó la chica intentando entrar.

—¡Cierra la boca, pájara insufrible!. — Doña Evangelina intentó taparle la boca, pero la chica se resistió.

—Veré a mi Brandy, y le juro que ni usted ni nadie, se va a interponer. Así sea la abuelita de mi Brandy.

—Insolente, yo no soy la abuelita de tu "Brandy", soy su tía. Y ahora, vete ya o mando a soltar a los perros.— Amenazó la mujer.

—Uy, señora amargada y grosera. Cuándo me case con mi Brandy, no la voy a invitar, grosera, grosera.— La chica dio media vuelta y se fue.

—Maldita idiota. Esta estúpida me puede echar a perder todo y eso no lo voy a permitir. Pero bueno, mañana me encargo de esa bandolera. — Doña Evangelina cerró la puerta y fue directo a su dormitorio. Pero el teléfono sonando hizo que se desviara hacía la sala.— ¿Acaso no saben que a esta hora la gente decente duerme? Malditos fastidiosos. — Se quejó la mujer mientras atendía el teléfono.— ¿Quién habla?.

—Soy yo doña Evangelina. El licenciado Alberto Rodriguez.

—Ah... Usted ¿Qué quiere? ¿Qué no sabe que a esta hora una mujer cómo yo, duerme?.

—Según sé y he  leído en la biblia, el demonio nunca descansa.

—¡Maldito majadero! Sí solamente va a insultarme, puede irse al infierno, cretino.

—Intentaba romper el hielo con usted.

—Vaya forma.

—A lo que voy entonces. Solamente quiero recordarle, que le quedan cuatro días para salir de la mansión... Y claro, recordarle que estamos avanzando en la investigación sobre la muerte de su marido, y déjeme decirle, que estamos avanzando muy bien.

—¡No sea necio! Mi marido no fue asesinado. El murió horrible ataque al corazón.

—Algo extraño, porque descubrimos que su marido no tenía ninguna afección cardíaca.

—Me está haciendo perder el tiempo. Ahora, vayase al diablo y déjeme dormir, cretino.

Doña Evangelina colgó bruscamente el teléfono y se fue a su dormitorio.

—Pronto vas a poder preguntarle a mi marido, personalmente y de primera mano, desgraciado licenciado de quinta. — la mujer cerró la puerta de su dormitorio y se fue a dormir.

Tiempos difíciles se acercan para todos...

Continuará... 

Pepe

El Chacal

Brandon

Hola queridos lectores y lectoras ❤
Espero que estén disfrutando la novela, así cómo yo disfruto escribirla.

Gracias por el apoyo y espero que les siga gustando la novela y lleguen hasta el final 😊✌