Capitulo 13

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Pepe, Brandon y doña Evangelina,  se encontraban en la sede de la lotería nacional.
Los tres estaban emocionados por la entrega del premio.

—¡Y aquí está el ganador!.— Dijo la presentadora, sosteniendo el cheque con la cantidad millonaria.— Pepe, ahora eres el afortunado ganador de la bolsa acumulada, dinos ¿Qué se siente tener todo este dinero?.

—Pues... Pues yo... Estoy emocionado... Y... No sé, solamente estoy feliz y contento. — Pepe estaba algo cohibido por aparecer en televisión. Incluso aunque doña Evangelina y Brandon estaban ahí.

—Y queremos saber, ¿Cómo se siente su familia?.— La mujer le pasó el micrófono a doña Evangelina.

—Ay, pues yo, estoy feliz. Pero tengo que aclarar, que no somos familia. Nosotros estamos apadrinando el sueño de este pobre chico de la calle. Nosotros también tenemos una organización benéfica, llamada el corazón de Jesús. — Pepe sintió un pinchazo al oír a doña Evangelina. La mujer lo había tratado cómo a su hijo, y ahora lo negaba en televisión nacional.— Estamos muy emocionados de que este huérfano reciba su premio. — Aplaudió la mujer.

—Muy bien, pues hacemos entrega del cheque millonario a José Hernandez Garcia, conocido cómo Pepe.— La mujer le entregó el premio a al chico.

Pepe tuvo que fingir una sonrisa, pero le dolió ser despreciado por aquella mujer, aquella señora a quién ya veía cómo a una madre.

—¡Y recuerden seguir participando por la bolsa acumulada, y muchas felicidades al ganador!.— Concluyó la presentadora.

Pepe seguía un poco decepcionado por las palabras de la mujer, y ella lo notó.

—Ya mi amor, no te pongas así. Tu sabes que eres de la familia. No necesitamos que todo el país se entere. Ven aquí. — Doña Evangelina abrazó a Pepe y este le correspondió.

—Si... Disculpe doña Evangelina. — Suspiró Pepe.

—Pepe... Felicidades.— Se acercó Brandon para abrazar al aludido.

—Gracias.— Respondió Pepe mientras correspondía al abrazo y se inundaba con el hermoso aroma de Brandon. Olía tan masculino y limpio.

—Bueno, basta ya de tantos arrumacos. Recuerda que tienes que comprar la casa dónde vivimos. ¿O quieres que Brandon se quede en la calle?.— Preguntó la mujer.

—Ah... No, por supuesto que no. Yo les prometí comprar la mansión y ustedes no van a tener que irse a la calle.

—¡Magnífico mi amor! Eres tan lindo mi pequeño. Vamos Brandon, agradecele a Pepe.— Le animó la mujer.

—Si... Tía. — Brandon se acercó a Pepe y le dio un besó en la mejilla.— Muchas gracias Pepe.

—De nada Brandon, mientras tu... Digo, mientras ustedes estén felices, yo lo estaré. — Se sonrojó el chico.

—Bueno, ¿Y además de la casa, en que piensas gastar el dinero?.— Preguntó la viuda.

—Pues, estoy pensando darle una parte al chacal y otra a la pelos. Quiero quedarme con algo para fundar un refugio para niños de la calle. Ya estoy haciendo muchos planes con lo que gané.— Pepe se emocionó al pensar en todos los planes que tenía.

—Ay querido, no te precipites tanto. Mejor deberías consultarlo con la almohada. Es decir, es tu dinero claro, pero por eso, debes aprovecharlo en ti. Puedes ayudar a tus amigos, pero darles dinero así cómo así, se me hace algo exagerado. Estoy segura que tus amigos se ofenderían querido, no seas impulsivo. — Se alarmó doña Evangelina.

—Bueno, eso ya lo veré después. Lo que sí es seguro, es el refugio para los niños. Lo haré cómo un hotel y ahí no pasaran, ni hambre, ni frío. Porque yo sé lo que es eso y pues es horrible y...

DELÍRIUMWhere stories live. Discover now