Capitulo 22

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Doña Evangelina estaba tranquila, tomando el té, cómo si nada hubiese sucedido. Mientras Pepe y el licenciado buscaban más pistas sobre la pelos.

—Tía ¿Cómo es posible que estés tan tranquila? Desapareció la pelos.— Reclamó Martina.

—¿Y a mi y en que me afecta que se haya perdido esa mugrosa? Seguro solamente lo hace para llamar la atención de Pepenatas o salió a buscar hombres. Ya deberían saber cómo son esas mujeres cuscas.

—Dejala Martina, ya sabes que mi tía ama las desgracias de los demás. — Añadió Brandon mientras bajaba a cenar.

—Pues fíjate que no, yo no soy tan mala cómo ustedes creen. Ahorita que me termine mi té, voy a rezar por el eterno descanso de esa piojosa. Esperando que satanás la haya recogido.

—Se me hace que a la que va recoger es a otra.— Murmuró Brandon.

—¡Te estoy oyendo desgraciado!.— Exclamó la viuda.

—Oye ¿Y por qué la das por muerta? ¿Acaso sabes algo que nosotros no?.— Preguntó Martina.

—Ay, yo nada más digo que cualquier cosa puede suceder. A lo mejor aparece al rato o tal vez no, nadie sabe. Pero por si acaso, yo voy a rezarle una novena a san judas, por si está muerta, que la reciba en el purgatorio.

Antes de seguir la platica, el teléfono de la mansión sonó.

Doña Evangelina se acercó al aparato y respondió.

Mansión Saavedra ¿Quién habla?.

—Buenas noches señora, hablamos de la cruz roja. Encontramos a la chica llamada "la pelos", un hombre la trajo  aquí y necesitamos que alguien venga. Está mal, fue golpeada y violada.

—Dios mio, que barbaridad. No se preocupe que en breve vamos para allá, muchas gracias.

—¿Que pasó tía? ¿Quién era?.

—Ay, creo que se equivocaron de número. Mejor vayan sirviendo la cena, ya me dio hambre y no me gusta irme a dormir sin comer.

Mientras tanto...

Te prometo que vamos a encontrar a tu amiga. Ya pasé el boletín a la policía y se están haciendo las investigaciones.— El licenciado Rodriguez abrazó a Pepe y le dio un beso en la frente.

—Tengo miedo de que algo malo le suceda... Ella es cómo mi hermana.— Sollozó el chico.

El teléfono del licenciado comenzó a sonar.

¿Bueno?.

Rodriguez, encontramos a la chica... Pero hay malas noticias.

—¿No me digas que?...

—Tranquilo, ella está viva. Pero fue golpeada y violada, lo peor es que estaba consciente y tuvimos que sedarla, se puso muy mal.

—¿Dónde está?.

—En la cruz roja, date prisa y avisale a su familia.

—Si, muchas gracias, te debo una.

—¿Qué pasó?. — Preguntó Pepe

—Encontraron a tu amiga, pero...

—¡¿Dónde, dónde está?!. — Cuestionó Pepe angustiado.

—En la cruz roja, pero quiero que te calmes por favor. Ella no está en peligro, pero... Bueno, lo mejor será que vayamos para allá.

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