Capítulo 29 "Dispuesta"

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Scarlett

Todo esto era de Blake, cada parte de la habitación—hasta el más mínimo detallé—parecía estar marcado por el ojiazul que se estaba encima mío. Las sábanas olían a él. Los colores oscuros serían algo que Blake usaría, había varios libros amontonados en un escritorio, lápices y plumas regados. Una foto de Alinor y él, en un lugar que yo no conocía, pero Alinor tenía la vista fija en la cámara. Lo cual para mí, fue una clara señal de que aquella ángel no había sido ciega toda la vida.

—¿Aceptas?—la voz de Blake me sacó de mis cavilaciones.

Tengo casi veinte años, sin ningúna experiencia que me haya hecho sentir viril junto con una larga vida. Un corazón roto sanaría. Deseaba arriesgarme y dejar que Blake entrará a mi vida de la manera que a él le apeteciera. Disfrutar mutuamente del momento entre nosotros, aprender y dejarme llevar.

Mi cerebro estaba tratando de procesar toda la situación, mi cuerpo reaccionó por impulso  y le dió la respuesta a Blake. Mi cuerpo lo anhelaba.

Alargue la mano y tomé su nuca con firmeza, hasta que nuestros labios chocaron una vez más. Estaba segura de que besar a Blake era la cosa más estimulante y placentera que había hecho en mi vida. Blake no tardó mucho en tomar las riendas del momento, ahora el beso era totalmente controlado por él, sus manos estaban en mi cintura, pero no le llevo mucho tiempo detenerse y sacar la playera que me cubría. El sostén a juego con mis bragas fue lo único que me cubría.

Por unos segundos que me parecieron eternos, se quedó mirándome.

—Quítalo—. No era una petición. Era una orden, supe que se refería al sostén, el pudor que experimentaba me hizo titubear pero lo hice, deshice el broche y mis pechos quedaron libres, a la intemperie y bajo los ojos llenos de lujuria de Blake.

Su respiración era más pesada, la mía era un desastre. Se acercó hasta mí y beso el hueso de mis clavículas, la humedad de su labios me hizo jadear, descendió hasta que su lengua chocó con el pezón duro de mi seno, lo lamió con delicadez. Sus labios succionaron más profundo, una oleada de calor me recorrió las piernas.

—Me encantan—murmuro sin despegarse mucho de mí.

Su otra mano masajeaba el otro pecho. Los degustó a su antojo el tiempo que quiso, con cada movimiento mi placer aumentaba más y más. No sabía muy bien que hacer, no sabía cómo poder transmitirle un poco de lo mucho que estaba sintiendo.

Hasta que para él fue suficiente, se detuvo, no sin antes besar una vez más mis labios.

—Acuéstate—sin esperar nada, me dejé caer en la cama, sin despegar la vista de Blake, que con sus manos tiró de mis tobillos llevándome a la orilla de la cama.

Tiró de mis bragas y alcé la pelvis para permitir que estás salieran con facilidad. Ahora sí, estaba completamente desnuda ante Blake, vulnerable y dispuesta.

Estaba jadeando y no sabía por qué, estaba ansiosa y no sabía por qué, lo único que me quedaba claro, era algo: Blake me tenía a su merced.

Sus manos acariciaban la piel de mis muslos, estaban tibias y algo rasposas. Beso otra vez mis muslos, se levantó y me besó de manera feroz, robándome un gemido, lamió y mordió la piel de mi abdomen, hasta que llegó a mi monte de Venus, dónde dejó húmedos besos

—Blake...—gemí

—He fantaseado con esto durante semanas—me dijo mirándome a los ojos—. No sabes lo mucho que pensaba en tí, así, tan hermosa, caliente y lista para tomarte.

No me dejó responder, no me dejo tan siquiera pensar en lo que acababa de decir, mi mente se distrajo en el momento en que su boca dió una lamida en mis labios vaginales

Un gemido más ruidoso se me escapó de manera involuntaria.

—Carajo Scarlett, quiero escucharte gritar mi nombre—se detuvo y quise gritarle que continuara—Pero, no estamos completamente solos, trata de no hacer mucho ruido.

Entendía lo que decía, pero mi mente se negaba a poder sentir vergüenza, todo lo que deseaba era sentirlo a él.

Su lengua se introdujo en mí canal y sentí que estallaría, la sensación de su lengua con mi humedad era deliciosa, no quería que se terminará nunca. Beso mi punto lleno de nervios, ese punto que solo me hizo enloquecer aún más.

—Ah...—reprimí la voz mordiendo mí labio y apretando las oscuras sábanas de Blake.

—Córrete—dijo y ni siquiera sabía muy bien si yo podía controlar eso, simplemente deje de retener la tensión que mi cuerpo sentía, dejé que el cosquilleo me recorriera las plantas de los pies y chocará en mi feminidad, no tendría las palabras exactas para describir lo que sentí, pero era embriagante, era como recibir una pequeña dosis de espacio tiempo, dónde no sabes lo que ocurre y lo único que percibes son ondas de calor y cosquilleos acompañados de espamos que tú cuerpo trata de absorber.

—Blake—chillé su nombre mientras mi pecho se comprimía y mi respiración se averiaba con el último roce de su lengua en mi intimidad que finalizaba aquella serie de placer.

Blake se levantó y trepó a la cama, me besó y sus labios sabían un tanto salados, estaban más húmedos que antes.

—Me encantas Cher...—murmuró en mi cara.

Este es un buen momento para decirle que eres virgen.

¿Para qué? ¿Acaso eso iba a detenerlo? ¿Eso haría que se tomará las cosas en serio? ¿Sería más cuidadoso? ¿Exactamente qué beneficio tendría decirlo? No lo encontraba, sin embargo era algo que deseaba decir.

No era muy grave, no tenía nada de malo, no había porqué hacer escándalo. Mierda, pero para mí, si era importante. Simplemente quería que él lo supiera, una parte de mí guardaba la leve esperanza que esto removiera algo en Blake, que me tomara como algo más que un cuerpo para satisfacer su placer.

Turbio...

—Soy Virgen—las palabras escaparon de mi boca antes de que pudiera detenerlas.

Las caricias cesaron, los besos desaparecieron, el calor se extinguió, para dar paso al frío. La cara de Blake fue lo peor.

Buena manera de bajar una erección Scarlett.


N/A: Lo prometido es deuda, aquí está la actualización. Gracias por leer, les quiero chiques. Nos leemos mañana.

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