Capítulo 37 "A tí no"

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Scarlett

—Blake, en serio detesto ser la mosca en el pastel, pero, tenemos que irnos ¡Ahora!—le insistió Cobra a Blake

—Scarlett ¿Vienes?—me preguntó el pelinegro.

—Vamos—dije y caminé para subirme al auto de mi madre.

Blake me alcanzó y trató de subir al lado del copiloto, pero fuí más rápida y le puse seguro a las puertas.

Cher...—dijo suplicante.

—Vete con él—dije sin mirarlo—. Yo los sigo.

Suspiró cansino y se subió a la moto con su amigo. 

—Scar, sabes que siempre estaré aquí, para apoyarte—dijo Beth a lado de la ventana—. No creo que sea buena idea irte con él, pero solo te pido que pienses con la cabeza fría y, que pienses en tí y solamente en tí, no en lo mucho que lo quieres. Analiza los pros y contras. Sí hay más contras que pros. Sal de ahí.

—Lo haré—sonreí débilmente.

—Llámame sí sucede cualquier cosa. En serio lo que sea, no importa la hora.

—Esta bien Beth—le dí la mano—. Te quiero.

—Yo también.

Después de unos diez minutos de haber conducido

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Después de unos diez minutos de haber conducido. Por fin nos detuvimos, estábamos en una de las zonas más exclusivas de todo Montana. Cobra y Blake bajaron de la motocicleta.

El ojiazul se detuvo y aguardo hasta que descendí del auto.

—Ven—me extendió la mano, pero no sé la tomé.

—Solo guíame—le pedí.

Puso su mano en mi espalda baja.

—No me toques—le reprendí—Solo guíame hasta donde vamos.

—Por aquí—dijo y caminé detrás de él.

Caminamos hasta la entrada de un establecimiento que tenía un letrero negro con enormes letras en caligrafía cursiva de color dorado que decía: "Classic" Habían dos hombres altos y muy corpulentos con trajes negros, dónde había una cadena dorada impidiendo que la gente cruzará a diestra y siniestra.

Había una larga fila de personas todas parecían como si fuesen famosos de Hollywood. Zapatos, vestidos, trajes casuales y accesorios lujosos eran todo los que captaban mis ojos.

Blake se detuve frente a los guardias y estos solo lo miraron y dijeron algo entre ellos.

—El señor te está esperando Titán—quitaron la cadena y lo dejaron entrar. Pero me detuvieron a mí.

—No puedes entrar—me dijo uno de ellos dándome una mirada de arriba abajo—. No tienes la etiqueta adecuada.

—Viene conmigo—les dijo Blake.

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