Capítulo 12 "Carboncillos y Sonrisas"

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Cuando una está triste parece que el mismo universo te quiere ayudar a sentirte más miserable.El día estaba sombrío,las nubes grises ocultaban el sol,el viento despeinaba mi cabello suelto,los mechones rojos se pegaban a la piel de mi cara obstruyendo medianamente mi visión.

En este momento me encontraba sentada,en una banca a las afueras de la universidad.El dilema de entrar al recinto estudiantil y pedir mi baja seguía flotando en mi mente,por el rabillo del ojo noté movimiento, giré la cabeza y ví a mí mejor amiga acercándose con un abrigo y pantalones térmicos pegados a sus piernas,con la bufanda que le dí como regalo hace dos años,tomó asiento a mi lado, mientras me tendía un vaso de café humeante.

—¿Cómo lo tomó Leighton?—preguntó Beth mirando la carretera vacía

—No lo sé—admití—No dijo nada,no lloró,no se enojó,ni si quiera se movió.Cuando llegamos a casa se metió en su habitación y solamente salió a la hora de la cena,nadie habló del tema,pero es algo que en algún momento tendremos que hacer.

—No se cómo pudieron esos doctores confundir los análisis—La mandíbula de mi amiga se apretó

—Ni yo...

—Scar,si necesitas algo—Beth me miro de frente—,lo que sea,aquí estoy.No importa si es dinero,tiempo...,un abrazo,un hombro para llorar,alguien para desahogarte,aquí estoy,siempre voy a estar aquí ¿Ok?

Asentí—Gracias Beth,ahora necesito conseguir un empleo.Toda está semana me la he pasado yendo a entrevistas y,no encuentro nada

—Hablaré con mi mamá,tal vez tiene algo para tí en la empresa

Le dí una sonrisa floja,pero llena de agradecimiento—Gracias

—¿Y la universidad?

Alcé los hombros—Primero tengo que encontrar el empleo y si me alcanza el tiempo continuaré y si no...tendré que pausarla por un rato

—Ay Scar,me encantaría tener una varita mágica y ayudarte

—A mí también me encantaría,pero a veces la vida no es tan fácil

Saliendo del trabajo me dí cuenta de que aún era temprano.Llegué a mi casa mientras una idea rondaba en mi cabeza,me fuí a mi armario y busque el envase de mermelada vacío,el vidrio transparente dejaba ver un fajo de billetes algo choncho.

Supongo que el nuevo celular puede esperar

Salí de mi habitación y toque la de a lado,pero no hubo respuesta,tal vez estaba durmiendo,así que toque más fuerte

—¡¿No te vas a ir hasta que habrá?! ¿Cierto?—se escuchó la voz cansada de mi hermano al otro lado de la puerta

—¡Estás en todo lo correcto!—exclamé frente a la madera

La puerta se abrió y ví a mí hermano con una sudadera ancha de color negro,la capucha estaba sobre su cabeza,vestía unos pantalones a cuadros azules de pijama, mientras sus pies permanecían descalzos,su mirada anemíca provocaba que sus ojos celestes parecieran opacos,las manchas moradas debajo de sus ojos me indicaban que posiblemente no estaba durmiendo—De nuevo—.Su piel pálida le daba un aspecto enfermo,ya no se parecía al chico de hace dos semanas que creía que el cáncer se había ido.

—¿Qué?—preguntó exasperado

—Acompañame—dije ansiosa

—No

—Ni siquiera sabes a dónde vamos a ir

—Si planeas llevarme a un grupo de apoyo, para gente con cáncer,moribunda,ni siquiera lo intentes—advirtió

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