Prólogo

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Nadie te puede hacer daño si tú no lo permites,pero ese nadie,me enamoró doblegando mi interior,haciéndome desear más de él cada día,con sus caricias,con sus sonrisas,sus palabras dulces y promesas que se llevó el viento,como las cenizas de este amor destruido,siempre fuí la pólvora y tú el fuego que encendió mi interior,eras mi liberación y mi prisión al mismo tiempo.Te amaba como loca,pero también te odiaba.Te quería lejos,pero tan cerca de igual manera,eras la droga que me llevaba al cielo mientras me hundía en el infierno,eras el veneno que me estaba matando lentamente,eras la venda en mis ojos y yo te tomé de la mano,siguiéndote sin pensarlo dos veces,eras la excitación de lo desconocido,la adrenalina de una nueva aventura,estar contigo era jugar a la ruleta rusa.Mi mayor error fue adorarte como una deidad.

Ama sus cualidades y acepta sus defectos,lo había escuchado mil veces.Amé tu habilidad de pelar en el ring y en la vida,acepté tus celos irracionales,amé tu inteligencia,acepté tus palabras hirientes,amé tu entrega en cuerpo y alma a todo lo que hacías,acepté tus gritos,amé tu cuerpo,acepté tu posesión sobre mí,amé los detalles que tenías conmigo,acepté las peleas,amé tus promesas,acepté tu manipulación.

Esto es lo que somos,todo y nada.

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