Capítulo 39 "Demonio"

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Scarlett

Esto ya no parecía ser el "Classic" está parte del lugar era totalmente diferente a la que yo había entrado.

Era pulcro y sofisticado. Las decoraciones eran tan elegantes y delicadas que no imaginaba cuánto dinero se había invertido en este lugar. Era enorme, como del tamaño de un gimnasio escolar, en el centro del lugar había una lona negra—suponía que era el lugar donde los peladores se enfrentaban— . La primera fila era separada de la lona por telas de seda negra, como si fueran cadenas.

Desde la primera fila hasta la quinta eran asientos individuales, de la sexta a la décima que estaban más arriba habían mesas circulares con sillas lindas. En los palcos—donde yo estaba—eran sillones individuales de terciopelo negro, y detalles dorados, la mesa era redonda y tenía un mantel blanco, un delicado y delgado florero con rosas rojas.

—Ya quiero irme—le dije al amigo de Blake, el cual estaba parado a lado mío.

—Lo sé, pero no puedes—suspiró—Aún no.

—Esto es estúpido—bramé—Solo deja que me vaya y listo.

—Lo siento Sacarlett, no puedes—Se agachó a mi cara—Escucha, Philippe es muy dominante, le encanta demostrar su poder, solo síguele el juego y ya.

—Por supuesto—sonreí—Sí me pide que me acueste con él ¿Lo hago?—Cobra balbuceó—¡Claro que no!

—No te preocupes, estaré cuidándote desde lejos.

Me froté la cara llena de frustración.

—Blake y yo te metimos aquí—siguió hablando Cobra—Y te vamos a sacar.

—Vete—la voz masculina hizo que Cobra se alejará de mí.

Después de tanto tiempo, de tantos comentarios y opiniones sobre él, al fin lo había conocido.

Philippe, era un hombre que aparentaba unos treinta y pico años. Era alto, tenía un cuerpo musculoso. Lo sabía al ver cómo la tela de su traje gris se le pegaba al cuerpo y sus músculos se marcaban cuando se movía, tenía una barba bien cuidada, su cabello castaño oscuro estaba bien peinado. Su loción olía como al roble y el limón, tenía los ojos negros. Era tan atractivo como intimidante.

—Así que tienes diecinueve años—habló Philippe

No respondí.

—Cumples veinte en diciembre ¿No?

Volví a quedarme en silencio.

—Normalmente cuando hablo. Me gusta que me respondan.

—Normalmente no me gusta involucrarme con gente peligrosa.

Él soltó una fuerte carcajada.

—¿Entonces por qué estás aquí?—no me dejó responder—No, déjame reformular mi pregunta ¿Por qué estás con Blake?

—¿Qué quieres?—pregunté cansada.

—Muchas cosas.

—Bien, ¿Qué quieres de mí?

—Hablar de negocios.

—No me interesa, gracias.

—Eres hermosa, mucho en realidad, tienes una belleza sumamente exótica. Debes tener a muchos hombres detrás de tí.

—No, en realidad no.

—Tal vez eres tan despistada que no lo notas—se acercó a mí cara—Ganarias mucho dinero sacándole provecho a tu belleza.

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