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Dimensión de Cinco

Vanya caminaba rumbo a la habitación de su hermano Cinco. Todos estaban preocupados por él, ya que en seis días no lo habían visto afuera de su habitación y no entendían si era bueno o malo. Se detuvo cuando llego a la puerta de la habitación, respiro hondo y luego toco la puerta.

—¿Cinco? —dijo mientras la abría.

—¿Qué? —respondió de mal humor.

Vanya abrió la boca un poco. El lugar estaba hecho un desastre, había varias tazas por todo la habitación y las paredes estaban llenas de ecuaciones. Miró a Cinco, que seguía escribiendo en lo poco de pared que le quedaba vacía de ecuaciones.

—¿Estas bien? —preguntó Vanya, recibiendo un gruñido como respuesta—. Todos estamos preocupados por ti, ¿sabes? —su hermano no la miraba—. No haz salido de aquí en seis días y pensábamos que...

—Lo tengo —la interrumpió mientras dejaba de escribir—. Si los cálculos son correctos —los miró unos segundos—, y son los correcto —sonrió de lado—, y hoy hace la misma rutina...

—¿De que rayos hablas, Cinco?

—Que la encontré —por fin la miró—. Encontré a _____________.

Vanya lo miró sorprendido, mientras él se teletransportaba a su lado, le quito la taza con café que llevaba en su mano y bebió un poco.

—¿Cómo que la encontraste? —habló por fin, notándose muy sorprendida.

—Bueno, hice muchos cálculos como ya lo notaste —miró por la habitación—. Eso de escuchar música desde la tarde hasta la madrugada ayudo mucho —volvió a beber de la taza.

—¿Haz dormido algo? —lo miró, notando sus ojeras.

—Como dos o tres horas diarias —rasco su mejilla—. Creo que iré a tomar una ducha —Vanya lo miró salir de su habitación—. ¡Quítate!

—Que grosero —escucho la voz de Klaus—. ¿Averiguaste algo? —preguntó entrando a la habitación.

—Dijo que la encontró —respondió Vanya, Klaus se sorprendió, pero sonrió—. Que si hacía la misma rutina hoy... Supongo que podrá ir con ella.

—Genial, así dejará de ser un gruñón. Hay que decirle a los demás que pronto conoceremos a nuestra futura cuñada —salió alegre de la habitación.

El agua caía en la cara de Cinco, lo hacía sentirse relajado y vaya que lo necesitaba, también llevaba días sin bañarse. Dentro de él estaba feliz, si hoy volvia a escuchar la música podría ir en busca de su alma gemela. Solo le había tomado seis meses. Seis malditos meses. Aquello lo asustaba y emocionaba a la vez, pero eran cosas que no le contaría a sus hermanos o podrían burlarse él. Solo debía prepararse para hoy.

—Te voy a encontrar —dijo.

Vanya y Klaus estaban reunidos con sus otros hermanos en la sala; hablaban acerca de que Cinco podría ir esa noche en busca de su alma gemela.

—Estamos de acuerdo que debemos que ir con él, ¿no? —dijo Número Cuatro mirando a sus hermanos—. Dudo que sepa tener tacto con ella o cualquier ser humano.

—En eso tiene razón, Klaus —habló Allison.

—Pero dudo que Cinco quiera nuestra ayuda —dijo Luther haciendo una mueca.

Los hermanos Hargreeves se miraron, tenían razón, Cinco nunca les pediría ayuda para esas cosas referente al amor. Guardaron unos segundos más de silencio, pensando en que podrían hacer.

Almas gemelas || Cinco Hargreeves & Tú.Where stories live. Discover now