XXVI

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El Héroe y la Heroína 


Hinata

Me sentía enferma. Con cada paso que daba a través del aeropuerto, me dolía el corazón, pero seguí caminando, tirando de la maleta detrás de mí mientras me iba.

Esto era lo correcto.

Esto sería genial para mi carrera.

Es lo que siempre quise.

¿Por qué siento que estoy tratando de convencerme? ¡Es la verdad! Amo lo que hago y ahora tengo la oportunidad de tomar fotos en todo el mundo. Los lugares que siempre he soñado estaban a solo un viaje en un avión y sin embargo yo quería...

― ¿Hina?

Girándome, Sori sonrió alegremente, con un boleto de avión en la mano, su chaqueta colocada casualmente sobre su brazo. No podía hacer esto.

― Sori...

― Lo sé. Me odias en este momento, y deberías, pero nos enamoramos a través de tu arte una vez, y no voy a negar que espero que vuelva a suceder porque eres el...

― Sori. Te perdono ―sonreí, frente a él― Y no te odio. Odiarte me cansa. Pero debes entender que yo no siento lo mismo. No hay arte en el mundo que pueda cambiar eso. No voy a reconstruir lo nuestro, así que, por favor, déjame ir.

Antes que pudiera responder, sentí un escalofrío subir por mi columna al escuchar la voz detrás de mí.

― Hinata.

No me volteé, agarrando con fuerza al asa de mi maleta.

― Hinata ―llamó de nuevo, su voz más cerca.

Miré a Sori y la expresión de su rostro me dieron ganas de reír, pero por alguna estúpida razón, mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

― ¿Cómo llegaste hasta aquí? ―preguntó Sori.

Sasuke simplemente lo ignoró.

― Hinata... Voy a esperar ―dijo calmadamente.

Tomando una respiración profunda, me volví parcialmente hacia él. Se quedó allí con su uniforme azul, su cabello oscuro hecho un desastre, sus ojos solo en mí. Cuando lo enfrenté completamente, las comisuras de su boca se levantaron lentamente hasta que tuvo una amplia sonrisa en su rostro y su sonrisa me hizo sonreír, no pude evitarlo.

― No me mires así ―me hizo sentir mejor y me dolía, todo al mismo tiempo.

― Lo siento, no puedo evitarlo ―respondió, dando un paso más cerca de mí― Ayer me pediste que te amara lo suficiente como para dejarte ir, y lo hice, porque no quiero impedirte nunca que hagas lo que quieres. Pensé que podría soportarlo. En realidad, estoy un poco avergonzado porque te di ese estúpido discurso sobre ser feliz, pero soy mucho más egoísta de lo que pensaba. Cuando me desperté esta mañana me di cuenta que no quería que fueras feliz sin mí, porque yo no soy feliz sin ti. Entiendo por qué tienes miedo, pero confío en el hecho de que te amo de una manera que ni siquiera puedo describir, aunque desearía poder hacerlo, porque entonces sabría la razón por la que no puedo pensar con claridad cuando estamos en la misma habitación. No huyas de mí, Hinata. Ámame lo suficiente como para quedarte.

No solo me dejó sin aliento, él era el aire en mis pulmones y no tenía palabras, solo lágrimas. Acunando mi cara, las apartó con una sonrisa. Cuanto más lo miraba, más lo amaba. Como una película, todo, todo el dolor por el que habíamos pasado solo para llegar a este momento se reprodujo en mi mente, y me di cuenta que tal vez no era solo el amor entre nosotros, sino el destino.

That Thing...Where stories live. Discover now