XI

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Algo Nuevo y Viejo

Hinata

Se suponía que los vestidos de las damas de honor debían ser feos.

Sin embargo, el vestido que llevaba y en el que había gastado casi mil dólares, probablemente era mejor que cualquiera de mis vestidos. El elegante vestido rojo de un solo hombro me hizo sentir con clase. Ino incluso había elegido la joyería y zapatos que sugirió que lo acompañaran. Sí, era costoso, bueno, para mí lo era, pero había tomado lo que Sasuke me había dicho y decidí derrochar el dinero esta vez. Mi amiga de toda la vida se iba a casar, era su día y si ella quería que sus chicas se vieran lo más cerca posible de la perfección humana, entonces estaba bien. Arreglaría mi cabello, maquillaje y uñas de manera profesional y ni siquiera podía mentir acerca de que no era divertido. Me sentí como una Barbie, pero en el buen sentido.

Caminé por la sala de espera buscando al resto de sus damas de honor y cuando cuatro de ellas me miraron, sus bocas ―bueno, todas excepto por Josephine― se volvieron en amplias sonrisas, así que lo tomé como una buena señal.

― ¡Hina, te ves asombrosa! ―jadeó una de las mujeres, acercándose― De ahora en adelante, solamente usa rojo. Definitivamente es tu color.

― Gracias. Intenté hacer lo mejor ―me reí.

― Chicas ―Josephine dio un paso al frente― Inori saldrá en cualquier momento. Recordemos que es su día.

Sus sonrisas desaparecieron y se alejaron un paso.

Quería preguntarle a Josephine qué le había hecho para que se enojara tanto conmigo, pero de nuevo, recordé que después de este día no volvería a verla nunca más, así que no me preocupé.

― Señoritas ―La madre de Ino salió del vestidor, manteniendo las puertas cerradas detrás de ella con una sonrisa tan grande que podría romper su rostro― ¡Permítanme presentarles, a la futura señora Uzumaki! ―abrió las puertas.

Ino se dio la vuelta, y en mi cabeza era como si lo hiciera en cámara lenta con música e iluminación romántica, así de hermosa se veía. Su cabello estaba en un moño flojo con una rosa roja a el y llevaba el mejor vestido de novia de princesa que jamás había visto, con pequeños encajes y detalles brillantes.

― ¿Hina? ―me llamó.

Me di cuenta que era la única que no se había acercado.

― Lo siento, sólo estoy sorprendida ahora mismo. Te ves tan hermosa, Ino ―finalmente me acerqué a ella― Tan hermosa que voy a llorar.

― ¡No llores! Si lloras, lloraré ―rió, abrazándome.

― Oh, no podemos permitír eso ―la mamá de Ino se acercó, dándome un pequeño abrazo también― Ya vamos tarde. Rápido, chicas.

Sasuke

¿Por qué estoy aquí?

No, de verdad. ¿Por qué?

Incluso desde que entré al hotel, seguí preguntándome, ¿Por qué? Itachi sonrió a mi lado como si supiera algo que yo no y mi madre estaba orgullosa porque no tuve miedo de una boda... Lo que, como un hombre adulto, no debería haber sido una sorpresa, pero lo que sea. Por alguna razón, esa tarde me había puesto el mejor traje que tenía, lustré mis zapatos y peiné mi cabello... Como si fuera al baile de graduación. Sin embargo, estaba allí, en la boda de Naruto e Inori, sentado mientras todos charlaban sobre cuán maravilloso era el salón de la boda. En mi mente, el lugar no solo era molesto porque el aire olía como muchas malditas rosas, sino que también se veía bastante modesto en comparación con muchas de las cosas que Sakura hizo para la nuestra.

That Thing...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora