V. Día 2

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Época moderna
8:00 AM
Tokyo

-Bueno que haré, solo me queda tratar de hallar una solución. Sesshomaru está igual que yo y no hay nada que pueda hacer para que esta situación mejore. Claramente están atrapados en mi época y solo queda una posible solución, buscar al abuelo y su hermana. ¡Oh Kami!, por favor ayúdanos a encontrar las respuestas que necesitamos.- Decía en sus pensamientos la joven

-¡Mujer!, ¿está claro lo que acabo de decir?- preguntaba un joven demonio a la azabache.

-Por supuesto Sesshomaru, solo te pido que no desesperes, el camino es largo y probablemente odies el transporte público. Hay demasiados humanos que viajan en él. -Respondía la joven de una forma relajada.

-Hmph

La joven azabache y el joven youkai se habían despertado desde muy temprano para poder arreglar las cosas que necesitarían para el largo viaje que les esperaba. Kagome tomaba algunos suéteres y chamarras que sabía muy bien que tendría que llevar por el duro invierno que se avecinaba y sobre todo porque estarían en las montañas donde la temperatura desciende hasta -10° C. No paraba de analizar la situación en la que se encontraba con los dos pequeños y el Youkai, seguía creyendo que a lo mejor todo era un sueño y que probablemente pronto despertaría, sabía de ante mano que la relación con el peliblanco era dura y que la forma de ser del mismo no ayudaban mucho ante esta situación; ideaba una y mil veces alguna manera de agradar aunque sea un poco al Youkai para poder hacer más amena su estancia en su mundo, pero era tan frío y duro que era como una muralla impenetrable, sentía esa admiración por Rin por ser la primer humana que pudo estar a su lado y poder permanecer a su lado. Seguía pensando en los últimos acontecimientos y en cuánto extrañaba a sus amigos, pero Inuyasha era lo último en lo que pensaba después de haberla tratado tan mal creyendo que ella había lastimado a Kikyou. 

Después de un rato meditando y preparándose en su habitación, la joven bajó a desayunar con sus pequeños y su familia, los más jóvenes miraron un poco inseguros y asustados a la joven, ya que sentían un poco de miedo al quedarse solos en un lugar desconocido. La joven se agachó a la altura de los dos infantes y tomándoles de las manos los miró con una tierna sonrisa y les dijo que no tenían que tener miedo, que estando con su familia no tenían que tener miedo alguno, su hermano y su mamá los ayudarían, mimarían y los harían sentir bien durante su estancia, ella les aseguró que encontraría la forma de que ellos pudieran volver a su tiempo. Estos últimos acontecimientos no pasaron por desapercibidos por el lord que estaba en la entrada de la sala escuchando atentamente lo que la sacerdotisa comentaba. 

Época moderna
9:30 AM
Tokyo

Los jóvenes partieron de la casa de los Higurashi para dirigirse al centro de Tokyo donde tomarían un tren y comenzaría su aventura.

-Sesshomaru - llamó la joven

-Hmph, ¿qué necesitas mujer?-contestaba un demonio irritado por tan mal olor del ambiente

-Se que tienes un olfato muy sensible, así que te compré un cubrebocas para que no tengas que soportar tanto el olor de mi época, sonará difícil de creer pero lamentablemente hemos contaminado demasiado nuestro ambiente. 

La joven le entregó el cubrebocas al Youkai y este lo aceptó sin objeción alguna. Pasaron un largo rato caminando, hasta que llegaron a la estación del tren, el demonio solo observaba e internamente se asombraba por la enorme carrosa que arribaba al lugar, tenía la duda de que era aquel enorme objeto, cualquier demonio podría pensar que se trataba de algún otro demonio serpiente o algo parecido, pero este era de metal y había un humano al frente de este.

La joven admiraba al demonio, e internamente se preguntaba en que estaría pensando el joven de su época, de su estancia, de la comida, o incluso de ella. Cuando arribó el tren ambos subieron y el demonio frunció el ceño de manera en que era casi insoportable el olor del lugar, Kagome tomó asiento con el demonio a un costado, pero en eso una mujer embarazada sube al tren y Kagome le cede su lugar para que pueda sentarse, la mujer mira y agradece a la azabache.

El joven demonio al ver tal escena y sintió cierta empatía por la joven, decidió levantarse y solo mover su cabeza para indicarle que se sentara; la joven asombrada accedió y a cambio le regaló una tierna sonrisa, de esas que solo a unos pocos les puede dar con tanta calidez, el hombre no demostró reacción alguna por aquel gesto de la joven, pero internamente sabía que se sentía bien, demasiado bien que hasta a su bestia interior logró despertar por unos breves instantes.

-Es linda-dijo su bestia interna denominada como Yako, volviéndose a dormir

En la siguiente estación la mujer se levantó y salió del tren, Kagome le indicó a Sesshomaru que se sentara junto a ella y este accedió. Minutos más tarde la joven recordó que había traído algunas cosas para que no se aburrieran en el camino, y de su mochila sacó dos libros, uno era el libro que el lord había estado hojeando un día anterior en el centro comercial, este tomó el libro y sonrió internamente, no se esperaba aquel detalle de la humana hacia él.

-Ayer vi que te interesaste en este libro, se que quizás estar en mi época sería lo último que harías, pero lo compré especialmente para ti. Espero que te guste. - Le comentó la joven regalándole otra de sus tan cálidas sonrisas.

-Gracias-respondió el joven.

Kagome estaba impresionada por la respuesta de Sesshomaru que realmente sintió un ligero cosquilleo en su estómago, analizándolo bien era un joven muy apuesto y con la ropa que vestía se veía aún más, la joven metió su cabeza en su mochila simulando que buscaba algo, pero en realidad quería ocultar el sonrojo de sus mejillas por tener aquellos pensamientos por el Youkai. La joven para simular su sonrojo sacó su iPod y audífonos, se colocó los audífonos en sus oídos comenzando a escuchar música, mientras leía también su libro, el joven Youkai la miró con duda en sus ojos y esto último no se le escapó a la miko, sonrió y se quitó uno de sus audífonos y le indicó a Sesshomaru que se colocara uno.

-Mira, te colocaré este audífono en tu oído, espero no te moleste. Estos los usamos para escuchar música. Usualmente los uso cuando voy en el transporte, o cuando estudio. Espero que te guste la música, si te molesta puedes quitártelo.- Argumentaba alegremente la chica.

El Youkai solo dejó que la joven se lo colocara, y cuando ya lo tenía puesto comenzó a sonar una melodía muy relajante, a caso ¿esto era lo que ella denominaba música?, ralamente era increíble, había escuchado antes otro tipo de melodías, donde hacían uso de instrumentos de su época como el shamizen o el erhú, pero esto era completamente nuevo, tantos instrumentos creando una melodía tan enriquecedora a sus finos oídos, se dejó atrapar por la melodía ignorando que esta misma procedía de la raza humana. Tomó su libro y se dispuso a leer durante lo que les quedaba de trayecto.

Kagome, sonreía internamente y de repente una que otra sonrisa risueña se le escapaba, no se podía concentrar completamente en su libro, porque ese Youkai había aceptado varias de sus acciones y eso la ponía muy feliz, realmente deseaba llevarse bien con él y fue cuando una duda llegó a su mente: ¿Sesshomaru será tan frío como dicen que es?, la pequeña Rin es la prueba clara de que quizás no es tan así como todos lo creen. La joven se regocijaba internamente por tal descubrimiento, pero no diría nada más, ella realmente deseaba congeniar con el Lord del Oeste, quería entablar una linda amistad con él sin temor alguno. 

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