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Desperté sintiéndome feliz. No podría despertar de otra manera cuando una muy apacible Lauren estaba durmiendo a mi lado. No me molestaría despertar así todos los días. Se veía muy tranquila y no voy a mentir diciendo que no me llenaba de tranquilidad a mi también. Sonaba algo acosador, pero me gustaba verla dormir. Y ahora que la tenía tan cerca de mi, tanto que podía sentir como su respiración chocaba con mi rostro, me tome el tiempo de poder admirar los rasgos de su rostro. Vaya que era hermosa. Lamente que aun tuviera los ojos cerrados, pues amaba mirar esas esmeraldas que tenía como ojos. Tome la libertad de acariciar su rostro con mi dedo, con cuidado de no despertarla. Pasando por sus mejillas yendo a su nariz, sintiendo su piel bajo mi dedo, hasta llegar a sus labios. Sus lindos labios que que me habían robado mi primer beso y me habían regalado mi primer te amo.
Volví a recordar esa escena en mi cabeza.
De golpe, volví al presente. Con Lauren, ahora despierta, mirándome con una sonrisa en el rostro. Yo también sonreí, le sonreí al recuerdo y a ella.
-Buenos días, dormilona.-Dije.
-¿Cómo dormiste?- Preguntó, tomando mi mano y besándola en los nudillos.
-Perfecto.-La besé en los labios.
Bajamos a la cocina donde su mamá nos había preparado hot cakes para desayunar. Nos sentamos las tres a comer en una amena platica. La mamá de Lauren de caía bien. Era muy agradable y parecía tener muy buena relación con Lauren. Yo también tenía buena relación con mi madre, pero ahora las cosas estaban tensas por obvias razones. Pero, bueno, nada es perfecto.
-Bueno, chicas. Tengo cosas que hacer, las dejo.
-Gracias, mamá.
-Gracias por el desayuno, señora Jauregui.-Dije.
-¿Pasaremos el día juntas de nuevo?- Preguntó Lauren, posando su mano sobre la mía.
-No lo creo.- Respondí. Anoche, solo le había dejado a mamá un mensaje de que me quedaría con Lauren. Pero seguramente estaba molesta.
-Me invitaron ha un fiesta que será esta noche. Podríamos ir juntas.- Comencé negar con la cabeza. Ella se paró frente a mi.- O podríamos quedarnos aquí todo el día.
-Tengo que...-No pude terminar la oración porque Lauren comenzó a besarme. Sus manos estaban en mi cadera y parecían querer dirigirse a mi espalda baja. Pero la frené en ese momento y ella lo entendió.
-Lo siento.- Dijo con sus mejillas coloradas.
-Tengo que volver a casa. Mamá me castigará por siglos seguramente.
-Vale.
Lauren me dio privacidad mientras me vestía en su cuarto. Me puse a pensar un poco en ese tema, por lo que había pasado en la cocina. No le di muchas vueltas y llegue a una conclusión simple: yo la amaba y ella a mi, pero aun no era momento para nada. Ninguna de las dos estaba lista aun.
Lauren me dio un beso de despedida cuando estábamos afuera de su casa.
-¿Irás a esa fiesta que mencionaste?- Pregunté.
-Probablemente, ¿no vienes?- Negué con la cabeza.
-Prométeme que si iras, no harás nada que me avergüence o que me haga golpearte.
-Lo prometo.


Lo que inundaba el espacio era un silencio entre ambas y una canción de Taylor Swift al fondo. Estábamos en mi habitación haciendo tarea, después del colegio. Como cualquier día. Y este no pintaba para ser diferente. Solo hablamos cuando queríamos hacer algún comentario gracioso o tonto o si necesitábamos la ayuda de la otra para algo. Por eso es que solíamos hacer las tareas juntas. Una sabía algo que la otra no. Nos complementábamos en ese sentido.
Ya me comenzaba a sentir aburrida. Y si seguía haciendo la tarea de álgebra estaba segura que en algún momento el cerebro me explotaría. Así que deje todo a un lado y me deje caer en mi cama, mirando a mi amiga quien estaba mordiendo una pluma, mientras leía un libro de historia.
-¿Ya no harás la tarea?- Preguntó si apartar su vista de la lectura.
-Nop.-Respondí.- La terminaré más tarde, ahora me merezco un descanso. Tú deberías hacer lo mismo.-Sugerí.
-No creo. Tengo que hacer un gran ensayo sobre alguna guerra y ni siquiera he terminado con la lectura.
-Vamos, veamos una película o comamos algo y después podremos volver a nuestras tareas.
-Lo siento, Camz, pero tendrás que tomar sola ese descanso. Más bien, deberías continuar tú también con tu tarea.
-Ni loca. Vamos,- Me senté junto a ella en el suelo.- Solo media hora.
-No.
-Por favor.
-No.
-Di que sí.
-¿Qué tengo de hacer para que dejes de insistir?- Preguntó, por fin apartando los ojos de su libro.
-Decir que sí. O si no recurriré a otro método para insistir.
-¿Qué cosa?
-Esto.- Comencé a hacerle cosquillas a Lauren. Ella se dejó caer por completo en el suelo,riendo y soltando patadas al suelo.
-¡Ya! ¡Detente!- Decía Lauren entre risas.- ¡Karla Camila, ya detente!
-No.-Dije, también riendo. Entonces, Lauren contraatacó haciéndome cosquillas a mi también. Ahora estábamos las dos en el suelo en una guerra de cosquillas.
-¡Camila, ya basta!- Suplicó, riendo.
-¡No!
-¡Detente!
-¿O si no qué?
Entonces me besó. Fue rápido y cerré mis ojos por el impacto de sus labios con los míos. Nuestros labios se quedaron conectados durante unos segundos. Me asusté ante el pensamiento de que me había gustado su beso y no quería que terminara. Algo en mi pecho no se sentía bien. Bueno, sí se sentía bien, se sentía hermoso, pero no estaba bien.
-Lauren...
-Te amo...-susurró, aun con los ojos cerrados.
Ese fue mi primer beso, fue con mi mejor amiga y fue más de lo que podía pedir.

No, we're not friends [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora