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Jalé a Camila lejos de Scarlett, ubicándola detrás de mi. Tenía cara de cachorro asustado mientras que yo estaba que hervía de celos y enojo.

-¡¿Qué te pasa?!- Pregunté y me dirigí a Camila:- A ambas.

Scarlett levantó sus manos en señal de inocencia.

-Oye, lo siento... Tu chica me dijo que habían peleado y yo creí que...

-¿Qué, que tendrías una oportunidad con ella?- Me volví hacia Camila, quien tenía su rostro oculto debajo de su cabello.- ¿Y tú le ibas a dar esa oportunidad?

-Yo no estaba pensando.

-Parece que no lo has hecho durante toda la noche.- Dije, y después abandoné la escena.

Salí del bar a la calle y miré en ambas direcciones en busca de un taxi o algo que me dijera qué debía hacer. Lo que ocurriera primero.

Rendida, me senté en el suelo sin saber qué hacer o cómo sentirme: la noche se había tornado mala y yo me sentía confundida.

Sentí cómo Camila tomaba lugar junto a mi y se aferraba de mi brazo mientras acomodaba su cabeza en mi hombro. No la hice a un lado, pero la ignoré.

-Lo siento.- Me dijo.

-¿Por qué?- Pregunté, de verdad esperando una respuesta de su parte.

-Por...todo.- Tomó con más fuerza mi brazo.- Nunca fue mi intención besarla, es sólo que... No tengo una excusa. Me siento terrible.

-¿Y cómo crees que me siento yo? Y no es una pregunta retórica, Camila. De verdad espero que tú me des una idea porque estoy confundida.

-Te amo, Lauren.- Depositó un casto beso en mi cuello.

-Eso no arregla las cosas, Camz.- Una risa seca salió de mi garganta.

-Lo sé, pero quería decírtelo para que te sintieras amada. Así debes sentirte porque, a pesar de todo, yo no... Haría nada que te lastimara, Lo. Debes creerme.- Me abrazó más fuerte. Esta vez una risa sincera salió de mi garganta.- Oye ¿qué es lo gracioso?- Preguntó, sin poder contener la risa tampoco.

-Todo el drama que nuestra relación conlleva de repente me resulta tan gracioso.- Respondí, comenzando a reír más fuerte.

-¡Arruinaste el momento!- Exclamó y se cruzó de brazos, fingiendo indignación. Finalmente también rompió en risa.

Fueron varios minutos en los que Camila y yo sólo reíamos sin que nos importaba que la gente que salía o entraba de la fiesta nos viera raro.

-¿Nos vamos?- Le pregunté después de que dejamos de reír. Camila me miró unos segundos y luego sonrió.

-Seguro.

Me levanté y le tendí una mano a Camila para ayudarla a levantarse.

-Entonces ¿está todo perdona...-La interrumpí con un beso en los labios.

-Ni lo menciones.- La besé de nuevo, pero esta vez con algo más de profundidad, poniendo mi mano en su cuello.

-¡Consigan un cuarto!- Gritó alguien. Rompimos el beso y nos dimos cuenta que era Scarlett quien lo dijo. Guiño y volvió  dentro. Aún no confiaba en ella.

Caminamos unas cuantas cuadras hacia el centro de la ciudad en busca de un taxi. Su madre nos mataría si llegábamos tarde.

-Hey, mira qué fila tan larga para ese club.- Señaló Camila al lugar que estaba cruzando la calle. Tenía razón: había una fila que llegaba hasta casi el final de la calle y el gordo guardia de seguridad parecía no tener ganas de dejar pasar a nadie.

No, we're not friends [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora