No, we're not friends [Camren]

25

-¿Cómo que no hay vuelos a Miami?- Era como la cuarta vez que Lauren le preguntaba eso a la pobre mujer. Yo sólo me divertía con la situación.

Resulta que cuando salíamos de la Universidad (mientras yo intentaba convencer a Lauren de ir a la playa un rato) comenzó a llover muy fuerte. Una tormenta eléctrica, al parecer, así que, lógicamente, no habría vuelos hasta que el clima se calmara, cosa que estoy segura que pasaría mañana pues sólo es una tormenta, el mundo no se está acabando.

Pero Lauren al parecer cree que sí puesto que está apunto de una crisis. No la culpo; teme que mi mamá piense algo que no.

Yo estoy tranquila. Hasta se podría decir que estoy emocionada; estábamos baradas en California hasta Dios sabe cuando: se comenzaba a sentir como una aventura.

-Amor,- Le hablé.- Vámonos.

-No hay vuelos hasta que el clima mejore, Camz.- Pasó la mano por su cabello. Muy sexy.

-Ya lo sé, vámonos a un hotel o motel.

-Estás loca, tenemos que volver a Miami.

-Pero no podemos.- Le recordé.

-Tu madre nos matará
- Su cara mostraba angustia.- y estamos aquí, sin nada y no sé cuándo se arregle el clima...

-Hey, hey, - La tomé por los hombros.- Tranquila, Lo. Mamá lo entenderá, la llamaré, mientras nos vamos a un hotel porque ni loca me quedaré en un aeropuerto y podemos acurrucarnos, ver tele y, no sé, besarnos un rato.- Sonreí traviesa.

-¿Es buen plan?- Me miró, mordiendose el labio inferior.

-Lo es.- Le aseguré, sonriendo.- Vaya, todo éste tiempo creí que yo era la del papel de entrar en pánico.

-Cállate y vámonos.- Intento ocultar una sonrisa.

Le preguntamos a la mujer por un motel decente a un precio de igual carácter y escogimos uno lindo cerca de la playa.
Esto iba a ser genial.

~~~~~

-El cuarto está bien.- Comentó Lauren cuando entramos a nuestra habitación.

-Ah, casi me siento como Sam y Dean cada que llegan a un motel, a una nueva ciudad a matar algo.

-¿Eh?

-Los Winchester, Sam y Dean.- Respondí como si fuera lo más obvio.- Olvidalo, ven aquí.-Le di unas palmadas a la cama.

-Okay, eso sí lo entiendo.- Sonrió antes de acomodarse junto a mi, abrazandome por la cintura y colocando su cabeza en mi pecho.

-Esto se siente bien.- Murmuro.

-Lo, ¿crees que en realidad sea buena idea dejar que el destino decida?

-No lo sé, Camz.- Respondió.- Honestamente, ya no sé nada y no quiero hacerlo...ni siquiera quiero pensar...

-Te daré algo para que no pienses.-Dije, levantandome de la cama.

-¿Qué cosa?- Una sonrisa se asomaba en su cara. Se sentó en la cama, recargandose en la cabecera. Perfecto.

No dije nada y me senté a horcajadas sobre ella. Puse mis manos en su cuello y comencé a besarla. Sentía la manos de Lauren torpemente en mi cintura y espalda, con miedo de ir más abajo.

-Puedes tocar mi trasero, sabes.-Reí.- Eres mi novia, lo tienes permitido.

-Cállate.- Rió. Se había sonrojado.

-Es muy tierno que te sonrojes en esta situación, Jauregui.- Besé sus aún rojas mejillas.

Sentí como, con cuidado, las manos de Lauren viajaban a mi trasero, masajeandolo suavemente.