🎸Capítulo Uno

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Soldier On - The Temper Trap

DESTINY

La música emanaba de la radio.

Esta se encontraba oculta entre viejos trofeos de golf que le pertenecían al cocinero Gordon, el cual se sentía muy orgulloso de haberlos ganado hace algunos años. Me preguntaba si las personas notaban lo importante que era, a pesar de ser tan pequeña, pero con un gran potencial en el interior.

Mis dedos repiquetearon contra la mesa de madera al ritmo de la canción Soldier On de la banda The Temper Trap mientras observaba por la ventana. Pann's era el restaurante donde me gustaba matar el tiempo después de clases.

Llevaba una media hora fijándome en cualquier cosa que no fuese la tarea que tenía frente a mí. No importaba cuanto lo intensase esta no lograba llamar mi atención. Me atraje las manos al rostro buscando llegar a mi nuca y entrelazarlas. Cerré los ojos e inspiré hondo, y después solté el aire con lentitud.

—¿Todo en orden, Dezzy? —indagó Elanor.

Me incorporé rápidamente.

—No te alarmes —aseguré mientras me tomaba el atrevimiento de quitarle la taza de café de las manos. Me deleite con el calor que recorrió mis frías palmas—. Las tareas no pueden contra mí.

Elevo una ceja con duda.

—De este lado puedo observar cómo ellas van ganando.

Presione mis labios en una línea fina.

Su comentario no me causo la gracia que ella esperaba, porque mentira no era y no planeaba decírselo. Tomé un sorbo de café y disfruté del calor que viajo de mi pecho a todo mi cuerpo. Mis ojos se cerraron de placer, y después los abrí lentamente.

—Estoy dejando que se confíen y, una vez que crean tener la victoria, solo disfrutaran el sabor de la derrota.

Negó divertida con su cabeza.

—¿Te quedaras hasta tarde? Sabes que me preocupa que vuelvas sola a casa.

Unos mechones perezosos color rubio que no estaban sujetos a su coleta caían por su frente y en sus ojos marrones percibía la preocupación de sus palabras.

—No pasara nada —dije simplemente.

Elanor era una de las pocas personas que aún me trataban como si nada hubiese pasado y no me sentía merecedora de su afecto. En más de una ocasión intente convencerla que tratarme de aquella manera solo le traería problemas y ocasionaría que la gente dejase de ir a la cafetería. Se negó en cada una de ellas y solo me quedo aceptar lo que me ofrecía sin titubear. Elanor y Gordon eran lo único puro y sincero que me quedaba de mi doloroso pasado. Sin mencionar que su matrimonio era mi favorito después del de mis padres. Eran tan refrescantes que parecían dos adolescentes enamorados y no dudaba que fuese así. Su cuerpo podía ser resultado de todos los años vividos, pero sus almas eran jóvenes y llenas de vida.

—Lo siento, Dezzy —musitó, y sus palabras perdían seguridad en el transcurso ganándose mi atención e incertidumbre—. Pero si tanto insistes en ignorar mis peticiones de que vuelvas temprano a casa tendré que prohibirte la entrada a Pann's.

Una risa brotó de mis labios y deje la taza sobre la mesa.

—¿Estas bromeando? —pregunté.

—No permitiré que te sigas exponiendo a los peligros de la noche.

—Sabes que no tengo a donde ir. —Me sentí una tonta al escuchar cómo se me quebraba la voz e intenté ahuyentar las lágrimas que amenazaban con salirse. —Es el único lugar que me queda.

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