Capítulo 21

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P.o.v Kanjii

Este es el precio...

por haberte revolcado con mi primo...

Recordo las palabras de la princesa azula, hace tres semanas atrás. La había golpeado al averiguar que su hijo había escapado junto con los amigos del Avatar.

Su cuerpo estaba tan agotado por tanto desgaste emocional, que no resistió más, es que eran tantas cosas.

El destino de su amado Lu Ten , el estado traumático en el que dejó a Luagn, el regreso del Avatar.

la pelea fue la gota que colmó el vaso.

No pudo más.

Sin embargo eso no significo que al despertar todo fuera mejor, al contrario, fue mucho peor, primera: estaba en una celda, casi a oscuras, de no ser por la pequeña rendija de lo alto de la celda que filtraba un poco la luz, pensaría que estaba bajo tierra, segunda: sus manos y tobillos estaban encadenados, su ropa había cambiado a un sencillo conjunto color rojo pálido desgastado con aroma a sudor rancio y sangre.

Escucho unos pasos reveverar a lo lejos, alguien se acercaba.

La puerta se abrió con un rechinido metálico que le puso los pelos de punta, la silueta de una persona con capa color rojo oscuro entraba, su vista borrosa no le permitía ver quien era.

-Interesante...-escucho hablar al hombre con un tono burlón.

Kanjii trató de mantenerse consciente, pero la cabeza le estaba dando vueltas, la persona se paró para quedar frente a su celda.

-No está nada mal, mi sobrino si que tenía buen gusto para las rameras...-una fría mano tomo su rostro, examinandolo.

Ella la apartó con brusquedad

-No me toques-trato de sonar imponente

El hombre soltó una cruel risotada

-Estas en presencia del señor del fuego Ozai, puedo hacer contigo lo que quiera y no podrás impedirlo-dijo antes de que encendiera una flama en su mano, ahora si pudo ver su rostro claramente y esos ojos ámbar le dijeron que rogaría por morir en ese mismo momento.

Empezo a ver unos puntos negros antes que el hombre desapareciera de su vista.

Su último pensamiento antes de volver a desmayarse fue una plegaria, rogando ser escuchada.

ya fuera a los espíritus.

A su amado Lu Ten.

O a los amigos del Avatar.

Quien fuera.

Que cuidaran de su hijo.

Mientras ella pagaba el precio por amar a quien debió ver como su enemigo.

La vida seguía siendo tan injusta.

P.o.v Katara

Dejo durmiendo al pequeño Luagn, ahora iría a dejarle su cena a Aang y luego a proseguir con la curación de sus heridas, había mejorado bastante en sus habilidades de sanadora.

-Aang te traje...-no termino de abrir la puerta completamente, cuando vio la habitación vacía, tampoco estaba su planeador-Se fue...-susurro y apenas fue consciente del sonido del plato metálico chocar contra el piso.

Salio corriendo hacia la cubierta, vio a Sokka y fue al primero en decirle

-¡Sokka, aang se ha ido!-le grito

Sokka la miro perplejo

-¿Que dices katara?- Katara no respondió, por primera vez se sintió desesperada.

En ese momento su padre venía llegando y Katara salió corriendo hacia su dirección, había estado muy tensa con él en las últimas semanas, pero en esos momentos solo quería unos brazos donde pudiera llorar, sacar todo el dolor, frustración y impotencia, siempre tenía que hacer de la figura materna del grupo, nunca había tenido si quiera un momento de mostrarse vulnerable.

Hasta ahora

-¡¿Katara?!-su padre se preocupo al verla en ese estado

-Aang... él.. se ha ido... sigue con la absurda idea de querer hacer todo solo... no piensa que también nosotros queremos ayudar...-los sollozos seguían saliendo sin poder evitarlos, sentía que se ahogaba, su padre la abrazó con fuerza.

P.o.v Sokka

Ver a su hermana en ese estado lo rompió por completo, desde que murió su madre, katara había asumido su papel, olvidando por completo que ella también necesitaba que la animaran, la consolaran y por un momento dejarse caer.

Solo era una niña.

La tristeza paso a ira

Estaba harto.

Esta maldita guerra debía de acabar de una vez.

Y quisiera o no Aang los necesitaba.

Para eso eran un equipo.

-Sokka-habló de repente katara, se veía más tranquila, su padre venía con ella, Lucía una sonrisa triste

-Tu hermana y yo hemos estado hablando, creo que lo mejor sería que ustedes viajaran con aang aparte- dijo posando una mano en su hombro-Es mejor que ustedes se mantengan a salvo hasta el día del eclipse.

Sokka tardo un momento en asimilar sus palabras, cuando lo hizo, abrazo a su padre sin contestarle, esta era la segunda vez que se separaban, por mucho que su corazón deseara quedarse y pelear a su lado, sabia cual era la decisión correcta, muy a su pesar.

Prepararon a Appa, estaban listos para partir, tenían que encontrar primero a aang y aprovecharían la noche para ello, la despedida fue tan dura como dos años antes... mejor dicho tres.

Otra vez debían separarse.

Padre e hijos.

-Appa....Yip Yip-el bisonte se elevó hacia el cielo, cada vez más alejándose del barco de guerra, hasta que su vista se perdió entre las nubes.

Dio un suspiro.

No había marcha atrás.

Justo cuando pensaba tomar el pequeño catalejo para comenzar a buscar a su amigo, tropezó con alguien.

-¡Ouch!

Katara, quien iba dirigiendo a Appa también volteó por el ruido, mientras Toph solo sonreía con ganas, Sokka abrió los ojos al ver al pequeño polizón que ahora los acompañaría.

Luagn.







 𝐁𝐫𝐚𝐯𝐞 𝐒𝐨𝐥𝐝𝐢𝐞𝐫 𝐁𝐨𝐲   [Editando]Where stories live. Discover now