Capítulo 43

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P.o.v Azula

Ser el señor del fuego... era algo con lo que había soñado desde pequeña....

Pero con su padre haciendo aún lado en su reinado....

No se sentía igual...

y...

¡Crack!

Abrio los ojos mientras escupía algo en la mano, la examino, era una pequeña pieza grisácea.

—Dime—se dirigió hacia la sirvienta que sostenía el cuenco con cerezas—¿Que es lo que tengo en mi mano?

—Un hueso de cereza, princesa— dijo la sirvienta sin mirarla a los ojos, podía ver como esta estaba temblando.

—Correcto ¿ y qué día es hoy?

—E-es el...día de su coronación...— las otras sirvientas las miraban también, estaban aterrorizadas, sabían bien cuan importante era este momento para su princesa, todas salvo... está.

–Asi es...—siseo lentamente—ahora dime ¿por que en el día más importante de mi vida, decidiste dejar un hueso en mis cervezas?—lanzó dicho hueso hacia la frente de la inútil sirvienta. Provocando que tanto ella como las otras se pusieran muy pálidas.

—Fue.. solo un pequeño error...— titubeo

—¿Pequeño?- eso solo la enfureció más— ¿Te das cuenta de lo que hubiera pasado de no haberlo sentido a tiempo?.

—Supongo que se habría ahogado

–Si. Entonces has entendido la gravedad de tu crimen

—Lo entiendo princesa, por favor perdóneme—dijo con la voz llena de arrepentimiento.

—Oh, esta bien— dijo con aburrición—como este es un dia es especial mostraré misericordia—vio de reojo como la sirvienta comenzaba a tranquilizarse, creyendo realmente que su princesa dejaría pasar un error de tal magnitud tan fácilmente—Estas despedida...—su voz cambio a un tono despectivo, la sirvienta pegó un respingo asustada por su cambio de decisión— Deja este palacio inmediatamente—la joven dejó el cuenco con cerezas en la mesa, dio una reverencia y se marchó en silencio, a lo lejos le pareció escuchar que estaba sollozando.

Las otras sirvientas aún estaban en shock por lo que acaba de pasar.

—¿Que miran ustedes?– les grito al verla inactivas por un asunto que solo le concernía a ella—Tengo dos pies para que cepillen. Y asegúrense de hacerlo también entre los dedos, No pasaré mi primer día como señor del fuego con los pies ásperos.
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P.o.v Kanjii

Dio un gran suspiro

Luagn...

¿¡Como se le ocurría a eso niño hacer algo tan atrevido...!?

Azula estaba dispuesta a hacerle daño a quien fuera, no importaba que su hijo aun fuera un niño, esto quedó claro cuando le hizo aquella marca en su brazo, quien sabe que podría hacerle ¡y más si pensaba que él estaba implicado en usurparla del trono!.

Iroh también estaba preocupado, pero a diferencia de ella, que estaba tan temerosa, el tenia fe en que su sobrino Zuko y la maestra agua Katara cuidarían de él.

—No debemos perder la esperanza Kanjii— puso las manos sobre sus hombros, mientras ella estaba sentada en el pasto. Estaban terminando los preparativos para la batalla que se avecinaba.

Pero no podía concentrarse con Luagn allá, lejos de ella, de su protección.

—¿Si le pasa algo?, No quiero terminar esta guerra con mi hijo malherido o peor muerto—apenas si pudo decir las siguientes palabras, imaginarlo era algo horrible, Iroh lo sabía de primera mano y ella lo admiraba por como habia logrado seguir viviendo, fuera ella no lo soportaría.

—No lo hará- dijo con suavidad—Luagn es un niño muy ingenioso, además conociendo muy bien a sus acompañantes, dudo que Azula siquiera pueda ponerle un dedo encima, ambos son maestros muy poderosos— Kanjii miro a los ojos brillantes del anciano, eso era verdad.

Con lo poco que pudo saber de cada miembro del equipo Avatar, se dio cuenta que aun que han sufrido los estragos de la guerra a una edad temprana, estaban dispuestos a terminarla a como diera lugar.

El destino del mundo dependería del Avatar, pero ellos también jugaban un papel importante en él.

–Ya estamos listos— le dijo el maestro Piandao

—Es hora de irnos— Iroh le tendió la mano para que ella se levantase—el cometa se aproxima, debemos estar en el momento para tomar la ciudad– vio como comenzaba a alejarse, cuando ella lo retuvo, sabía bien que este era el momento decisivo.

–Iroh, espera— lo abrazo con fuerza— escucha... yo no sé como vaya a terminar esto—estaba repitiendo las mismas palabras que Lu Ten le dijo antes de irse y no regresar, ahora entendia el peso de esas palabras—...solo quiero que sepa, que usted ha sido un padre para mi... ha cuidado de Luagn y de mi, incluso desde antes de saber que éramos familia— el anciano espero a que terminara de hablar para corresponder el abrazo.

–Kanjii, tu también has sido una hija para mí, no tuve la suerte de tener una, pero... conociéndote a ti, es como si ya la tuviera, me has dado todo con haberle dado amor a mi hijo y a mi nieto. Debo admitir que antes de saber toda esta historia, estaba un poco entristecido de saber que nunca tendría la fortuna de ser abuelo, pero el destino siempre está lleno de sorpresas, algunas tristes y otras bellas– Kanjii tenía unas lágrimas asomadas en sus ojos, pero el se las enjuago con dulzura.

—Ya has llorado mucho, es hora de que sonrías, un nuevo comienzo se avecina— ella asintió antes de seguirlo, mientras la orden del loto blanco los esperaba en el centro.

A lo lejos observo que el cielo se empezaba a teñir poco a poco de un tono rojizo.

Su destino se aproximaba...

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 𝐁𝐫𝐚𝐯𝐞 𝐒𝐨𝐥𝐝𝐢𝐞𝐫 𝐁𝐨𝐲   [Editando]Where stories live. Discover now