𝐁𝐫𝐚𝐯𝐞 𝐒𝐨𝐥𝐝𝐢𝐞𝐫 𝐁𝐨𝐲 [Editando]

Capítulo 46

P.o.v Katara

Vio como Zuko redirrecionaba el rayo hacia el cielo abierto.

Tanto ella como Luagn estaban en shock por lo que acaban de presenciar. Zuko se desplomó sobre el suelo, retorciéndose un poco hasta que dejó de moverse.

Temio lo peor

-¡Zuko!- corrió hacia él, seguido del niño

Hasta que unas llamaradas azules les impidieron llegar a él.

Azula se reía de una manera desquiciada mientras se movía hacia ellos.

-Zuzu ¿Por qué te has interpuesto entre el pequeño bastardo y yo?-dijo mirando a el niño de una manera insana.

Katara sintió terror de lo que podría hacerle al niño en ese estado.

-¡Luagn sal de aquí!-le grito

El niño no necesito que se lo dijeran dos veces. Corrió mientras ella bloqueaba las bolas de fuego que disparaba Azula contra él.

Tenia que ganar tiempo hasta que el niño encontrara un refugio donde mantenerse a salvo.
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P.o.v Kanjii

Estaban cerca, el palacio del rey estaba a tan solo unas cuadras, pero aún había varios soldados en el camino.

En verdad que la nación del fuego tenía un ejército muy vasto.

-¡Kanjii!-escucho la voz del maestro Piandao a lo lejos-¡Por aquí!

La tierra a sus pies crujio mientras la impulsaba hacia adelante para llegar hasta el viejo maestro, cuando una muralla de fuego se interpuso en su camino.

Se detuvo abruptamente, solo para encontrarse con no menos de una docena de maestros fuego que comenzaban a cerrar fila rodeandola.

No entendía nada, hasta que un soldado se acerco a ella, alzando un panfleto con su imagen.

-¡Haganla arder más que ninguno!-rugió mientras le castañaban los dientes de rabia-¡Asesino a nuestro príncipe!.
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¿Que acaba de decir?

¿Asesinar a su príncipe?

¿No estarían insinuando que...?
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-¡Si señor!-contestaron los soldados y acto seguido se lanzaron contra ella, disparando poderosos chorros de fuego.

Alzo pared de piedra para protegerse, pero la intensidad del fuego era muy poderosa, el calor traspasaba por la tierra, tanto que le comenzaron a arder las manos.

Casi podía sentir las ampollas formarse en las palmas y las yemas de los dedos.

Apreto los dientes.

No podría resistir mucho tiempo.

Sintio como la tierra se movía a sus pies, pero no era ella.

De un momento a otro, los soldados salían disparados hacia atrás.

Escucho la carcajada loca del rey Bumi.

Su escudo chamuscado se hizo añicos, justo en el momento que Pakku, Piandao, Bumi y Jeong-Jeong , los cuatro viejos maestros, se pusieron frente a ella.

Protegiéndola.

-Si la quieren, van a tener que pasar por nosotros- les dijo el maestro Piandao alzando su espada.

En un instante.

Agua, Fuego y Tierra se debatían frente a sus ojos.
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P.o.v Katara