Epílogo

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CALEB SPROUSE

Me despierto por la mañana más pronto de lo normal. Una especie de felicidad y nerviosismo invade mi cuerpo. Hoy es el día, por fin hoy se cumple mi sueño y espero que después de esto lleguen más cosas. 

Cuando me levanto me dirijo al baño a lavarme la cara y justo cuando estoy en la cocina, el timbre de mi casa suena. Frunzo el ceño porque no espero a nadie y si fuese Jackson me hubiese avisado antes de venir. 

Cuando voy a contestar, veo en la pantalla a Carlo, un chico que estudiaba conmigo en la universidad. Le abro sin responder y cuando le abro la puerta me pone la pantalla de su móvil delante de mi rostro. 

—Hey Caleb, mira la noticia que pone aquí. 

—Caleb Sprouse, el estudiante de historia del arte reabre una galería donde mostrará sus fotografías más valoradas —digo leyendo el artículo. 

—¡Tío, por fin vas a cumplir tu sueño! ¿No te emociona? 

—Por supuesto —sonrío abiertamente —. ¿Quieres pasar? ¿Has desayunado? 

—Claro, paso y sí, he desayunado. 

—Tengo que estar en hora y media en la galería para ver que todo esté en orden. 

—Vas a triunfar —dice totalmente seguro sentándose en un taburete —. Tus fotos son increíbles. 

—Estoy muy nervioso la verdad. No sé cómo la gente pueda reaccionar ante mi trabajo.

—¿Van a venir tus amigos y tú hermano? 

—Callum llegará tarde, no ha podido conseguir un vuelo pronto. Jackson y Madison han estado fuera y me han dicho que no podrán llegar hoy —formo los labios en una fina línea. 

—¿Piensas vender tus fotos? 

—Algunas, no todas. 

—¿Y las de la chica rubia? ¿Annie me dijiste que se llama? 

—Esas no están a la venta —trago saliva con dificultad. 

—¿Sigue siendo importante para ti, cierto? 

Mi corazón se encoge al recordarla, al recordar el verano que pasamos juntos hace cinco años en San Diego, nuestra despedida… 

—Ha día de hoy sí. 

—Bueno, en un rato voy allí y te ayudo con los preparativos. Aunque no esté tu familia estoy yo aquí, ¿vale?

—Gracias tío —le agradezco, chocamos las manos y se marcha. 

Cuando Carlo se va me preparo un café con tostadas y desayuno con la televisión de fondo pero ni las voces de la tele me quitan todos los pensamientos y recuerdos de la cabeza. 

Hace cinco años que no voy a Milán. Mi tío Jack ha sido el que ha viajado todo este tiempo aquí. Hace unos cuatro meses vino a visitarme pero no viajó solo, vino acompañado de su novia, la primera novia que se echa desde Claire. Me alegro muchísimo porque por primera vez en cinco años, le veo feliz y enamorado. 

Callum ha estado todo este tiempo en Francia y habla ya con un francés bastante fluido aunque la primera vez que lo escuché hablar no pude evitar burlarme de él por su acento. Y sí, sigue con April y están más enamorados que nunca. 

Cuando me mudé aquí no lo hice solo, Jackson se vino conmigo y el primer año estuvimos viendo en un piso que nos pagaba su padre el alquiler, me sorprendió bastante por parte de su padre, pero una vez yo me busqué un trabajo de camarero y Jackson encontró también otro trabajo, nos mudamos de ese piso y nos alquilamos uno, que es actualmente el piso donde yo estoy viviendo pero… sin Jackson. 

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