Capítulo Final - Amor por ella

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Después de escuchar aquella conversación entre Annie y Madison volví a la habitación y me acosté en la cama. Me hice el dormido cuando Annie entró y poco después volví a sentir sus caricias sobre mi rostro y en ese mismo instante mi corazón se encogió al imaginarla en el aeropuerto yéndose para siempre. 

Ahora mismo estoy entrando en mi casa después del entierro de mi padre. Annie no se ha separado de mi ni un solo instante y todavía sigue cogida de mi brazo a pesar de estar dentro de casa. Ambos seguimos a Callum con la mirada observándolo subir las escaleras. 

—¿No crees que deberías de hablar con él? 

Me quedo callado sin saber qué responder. 

—Él no tiene la culpa de nada Caleb, él también ha perdido a un padre como tú. En lugar de estar enfadados deberíais de estar más unidos que nunca y apoyaros mutuamente. Él te necesita y tú a él también. 

Miro a mi novia a los ojos porque sus palabras han hecho reacción en mi y siento que tiene toda la razón. No es momento ahora de echar la culpa a nadie porque en realidad eso no va a solucionar nada. 

—Tienes razón —asiento y mi novia sonríe levemente —. Voy a hablar con él.

—Bien. Te veo luego, ¿vale? 

Asiento y antes de irse besa mis labios castamente y se va, yo me dirijo a la habitación de mi hermano. Una vez subo veo que la puerta está abierta. Nuestras miradas se cruzan, nuestros ojos empiezan a aguarse y nos abrazamos. 

Como necesitaba este abrazo. 

Annie tiene razón, basta de buscar culpables. 

ANNIE EVANS

Después de darme una ducha salgo del baño con el albornoz y me cambio en la habitación para después secarme el pelo. 

—¿Puedo pasar? —Dice mi padre asomado en el quicio de su puerta. 

—Sí, pasa.

—¿Cómo estás? 

—Estoy —digo peinándome el pelo con el peine. 

—Creo que ya va siendo hora de que hablemos de tu vuelta a San Diego. Te he comprado ya los billetes, te vas pasado mañana. 

—¿¡Qué?! ¿Bromeas? ¿Por qué has comprado los billetes sin consultarme?

—Los compré antes del accidente de Jordan. 

—Me da igual, yo no me pienso ir tan pronto. 

—Annie…

—¡No! Mi novio acaba de perder a su padre y me necesita, no me pienso ir, no ahora. 

—Caleb sobrevivirá sin ti. Tú madre te necesita, sale en dos días y te necesita allí. 

—Mi madre puede esperarme un poco más, sin embargo Caleb no. Olvídate, no voy a dejarle justo ahora. 

Y dicho eso cojo el móvil y me voy de la habitación dejándole con la palabra en la boca y yo con una rabia inmensa en mi cuerpo. 

—Mad, ¿estás ocupada? —Digo tratando de deshacer el nudo que se ha formado en mi garganta. 

—Estoy en mi casa, ¿por qué? ¿estás bien?

—¿Puedo ir? Necesito hablar… —la voz se me corta y las lágrimas empiezan a salir descendiendo por mis mejillas. 

—Claro, ven, aquí te espero. 

Me subo al coche rápidamente, me quito las lágrimas de las mejillas bruscamente y salgo de mi calle lo antes posible. 

Cuando llego a su casa saludo a sus padres e inmediatamente nos dirigimos a su habitación y empiezo a contarle la situación que tengo ahora mismo. 

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