Capítulo 08 - Entre la espada y la pared

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—¡Hey, Jackson! —exclama mi amiga totalmente furiosa entrando dentro de la cafetería siendo el centro de todas las miradas. Avanzo rápidamente hacia dónde está ella e inmediatamente visualizo a Jackson con el ceño fruncido y levantándose de su mesa.

—¿Qué demonios te pasa Madison? —interviene Matt

—¡Tú cállate! —espeta mi amiga más furiosa aún fulminándole con la mirada.

—Annie, ¿qué le pasa a Madison? —murmura Peter a mi lado.

—Ni idea… —miento.

—En fin —suspira —. Ven, estaba aquí sentado.

Me siento justo delante de él. Dos sillas más hacia delante se encuentra sentado Caleb junto a Matt. Lo que más molesto me resulta es que están cuchicheando entre ellos mientras miran hacia nosotros.

—Oye, ¿sabes qué? Quiero ir a hablar con el director, me gustaría hacer las fotos para los eventos del instituto, soy muy bueno en fotografía.

—¿Disculpa? —interviene Caleb, parece ofendido —De eso me ocupo yo, yo tengo esa responsabilidad.

—Perfecto chico, me parece genial pero yo también quisiera colaborar —Peter sonríe irónicamente.

Escucho a Caleb maldecir por lo bajo mientras Matt fulmina a Peter con la mirada. Peter hace una expresión de alucinado.

—Annie, ¿vamos a dar una vuelta y me enseñas el recreo? —dice Peter.

—Claro.

—Annie, ¿podemos hablar un momento? —interviene Caleb nada más levantarme. Asiento levemente observando a Matt sonreír negando con la cabeza.

Camino con Caleb justo casi a la puerta de la salida notando la mirada de Peter sobre nosotros.

—¿Y bien? —le miro con los brazos cruzados.

Caleb observa alrededor de nosotros observando a los estudiantes salir y entrar de la cafetería.

—No, aquí no. Mejor vamos a otro sitio.

—¿A qué viene tanto misterio?

—Annie, por favor, es importante.

Miro a través de sus ojos azules intentando buscar la trampa, pero nada, creo que va totalmente enserio.

—Está bien, ¿dónde quieres hablar?

—Creo que no es conveniente que hablemos en el instituto, las paredes tienen oídos. ¿Qué tienes a última hora? ¿A qué hora terminas? —pregunta interesado mientras pasa la lengua por sus labios

—Acabo a las tres, tengo clase de baile

—Perfecto. Dame tu número y te mandaré la ubicación de dónde puedes ir —alzo ambas cejas perpleja

—Ese truco es demasiado estúpido para conseguir mi número.

—¿Acaso sabrías llegar? ¿No verdad? Te recuerdo que has llegado hace poco a Italia y te conoces muy pocas cosas.

Muerdo el interior de mi mejilla sin saber qué decir. ¿A qué viene tanto misterio? Suelto un suspiro exasperado y le termino dando mi número.

—El bus que de normal coges para volver a casa te puede llevar cerca de ese sitio pero después tendrás que coger un taxi. Más tarde te diré dónde tienes que pararte. Te voy a estar esperando, no falles.

—¿A qué viene tanto misterio, Sprouse?

Caleb arquea una ceja y una pequeña sonrisa se escapa por la comisura de sus labios.

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