Permite sanar tu corazón [SasuSaku]

Bajo el mar

—¿Tu lo llamaste?

Karin no dice nada, solo se encoge de hombros y espera, al igual que todos, dentro de la fila de la taquilla para avanzar.

Convencer a Sasori no fue tan difícil como esperaron, quizá porque su semblante rígido estaba un poco deshecho y se veía más cansado que de costumbre. Sakura, en toda la conversación entablada entre Karin y su hermano, no dijo nada. No abogó esta vez por la necesidad caprichosa de salir a pasear a pesar de que las probabilidades de recibir su permiso fueran nulas. Un comportamiento inusual del mismo modo que lo fue el "Sí" otorgado por Sasori.

—Kakashi irá con ustedes —luego de corroborar, en una llamada rápida con Tsunade, que una salida corta le vendría bien, los planes se pusieron en marcha no sin antes Sakura caminar hasta él y darle un beso en la mejilla.

Pero, evidentemente, llevar a Kakashi era una cosa y a los hermanos Matsuoka otra.

¿Qué demonios hacen ahí?

¿Fue Karin quien los llamó?

¿En qué momento lo hizo sin que se diera cuenta?

Aun así, ver a Sasuke de nuevo, en lugar de representar en ella un acto involuntario de nerviosismo, solo ocurre la ignorancia. Apenas se ven, ambos apartan la mirada.

—Una visita al acuario en otoño ¿es enserio? —ver a Naruto, por otro lado, sí que representa una sorpresa. ¿Qué hacen también él ahí? Responsabilizar a Karin es lo justo, pero incluso si les invitó sin avisarle no puede molestarse con ella. Sakura es una invitada también. Una invitada con dos bufandas rodeando su cuello y varios kilos de tela abrigadora sobre el resto de su cuerpo. Es exagerado, pero eran las condiciones con las que tiene que seguir—. Hola, Sakura —Naruto, sin embargo, sí la saluda y ella, amablemente, cabecea.

Luego de eso, nada.

Esperan su turno y avanzan como si nada hasta que, evidentemente, es Naruto quien no puede, al parecer, soportar las ganas de acercársele y preguntar.

—¿Pasó algo? —Pasó todo, quiere decir ella más no lo hace. En su lugar solo desvía un poco la mirada hacia adelante, ahí donde Sasuke e Itachi comparten una conversación corta. No hace falta que Naruto pregunte más, aunque está lejos de quedarse callado—. ¿Peleaste con él? —Algo como una pelea...No. No cree que haya sido así, pero es algo complicado de explicar. Pero incluso si estuviera necesitada por contarlo, solo para sentir que la carga es compartida, no lo hace.

No porque no pueda sino porque su mirada queda atrapada dentro de la primera sala, apenas entran.

Lo había olvidado. Están en un acuario.

Y la distracción, y la apatía, y la tristeza, parecen nublarse por la masa de agua que parece rodearla. No tiene idea de cómo es el funcionamiento de ese lugar pero justo ahora la sensación se asimila a si estuviera en el fondo del mar con esa media circunferencia por encima de su cabeza de cristal y por donde la masa de agua parece empujar hacia abajo.

—¿Ya habías venido antes? —la voz de Naruto se oye lejana aunque a Sakura le gusta pensar que se escucha así al imaginarse que él también está en el fondo del mar. O quizá solo es el efecto acústico de la tumbona enorme de agua que parece devorarlos. No lo sabe. Lo único que dibuja es una muy tenue mueca que pasaría como una sonrisa intencionada.

La última vez que estuvo ahí...

—Sí, con mis padres y mi hermano.

Hace mucho tiempo, y pareciera que ha sido ayer apenas. Pareciera que mientras más avanza puede escuchar el sonido de las ondas a la vez que es llevada de la mano de un niño solo un poco más grande que ella. Y ahora que lo piensa ¿por qué es que le gusta el mar? ¿Su gusto empezó ahí? Poco recuerda de esa edad, pero hay pequeños fragmentos que siguen vigentes. Pequeños haces de luz cerúleo y violeta de la que ella se tiñe por las luces ambientadas del lugar.