Valle de lágrimas

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I.

A Sasuke le habían inculcado que cada vez que hubiese un obstáculo demasiado grande en frente suyo, la técnica para superarlo no era hacerse de un rodeo para enfrentarlo, el chiste era rodearlo para seguidamente seguir avanzando. Sin embargo, parecía que aquella entrañable enseñanza era una integración muy compleja para él puesto que no podía seguirla al pie de la letra como se esperaría.

—¡Sasuke, algo se quema! —su mano comenzó a arderle, y el grito de Itachi fue menos interesante que su necesidad en figurar su rostro perdido para pasarlo a uno de dolor y pánico, seguido de un grito con blasfemas.

—¡Maldición!

Si no había podido dormir solo se debía a su mala cabeza, o quizá a la estúpida emoción del momento que lo había llevado a tomar una decisión apresurada el día anterior, la cual lo estaba carcomiendo emocional y mentalmente. 

La situación, y no precisamente como estado civil de Sasuke, había cambiado.

—¡Du-Duele! —chilló sintiendo la poca gentileza de su hermano mayor al sujetar y tocar su mano, con aquella quemadura de primer grado, gracias a su 'maravillosa' idea de ponerse a rememorar las anécdotas y consejos de vida de sus padres. Perderse en sus pensamientos era un peligro cuando se encontraba en la cocina. Era tan peligroso como Itachi con un par de tijeras y una sonrisa de nenaza. 

—¿Es que no puedes hacer algo bien? —el menor frunció los labios, sintiendose ofendido y hastiado—¡El agua, incluso hasta el agua se te quema, Sasuke! —lo reprendió el mayor poniéndole un parche en la zona más sensible, de la palma enrojecida, con fuerza solo para hacerlo enfurecer más—. Tu, viviendo tu soltería, no quiero ni imaginarme el día en que te consigas una novia —Sasuke rodó los ojos con el rostro apenado—. Ya está.

—Genial, porque tengo prisa —enunció Sasuke. Tan pronto estuvo listo el vendaje de su mano, se puse de pie, se apresuró a coger el gabán de Itachi juntos a sus llaves.

—Claro, te lo presto —ironizó el mayor viendo cada uno de los andares de su hermano, el imán de accidentes—. ¿Ya te vas?

—Es obvio, ¿no?

—Vaya, pero cuanta alegría destilas por tu nuevo empleo —Sasuke puso los ojos en blanco de una manera muy graciosa tras oírlo—. Creí que habías dicho que no volverías a a pisar esa casa.

  —Es una mansión — corrigió él, recriminándose luego ante tan absurdo pensamiento—. Y..., eso fue, fue algo... —finalmente se rindió, estampando su mano sana en el rostro con pesar—. Solo ignóralo, ¿quieres?

—¿Estás seguro de que no es por la chica? —Los colores vergonzosos asaltaron el rostro de Sasuke, y en su intento por aparentar lo contrario, solo estaba logrando que Itachi sumara puntos a su favor al sentirlo acorralado.

—So-Solo lo estoy haciendo porque estoy necesitado de dinero—aclaró carraspeando—, además, voy como el jardinero, no como su tutor, no quiero tener un contacto más cercano a los Aoyama aparte del de las plantas, no quiero tener nada que ver con ella ni con su hermano, ¿queda claro? —Itachi soltó una risita—. ¡Apóyame!

—Si, si, claro..., entonces ¿a que hora volverás?

—Esto... —miró su reloj. Al menos en el café sabía exactamente sus horas de trabajo. Ahora con su nuevo empleo, tanto había sido su desenfreno e idiotez que recordó que ni siquiera había acordado sobre las jornadas que haría, ni mucho menos había acordado el salario que le pagarían. 

Bufó, harto de sí mismo, apoyando su cabeza en la pared más cercana de manera casi en modo de auto castigo.

—¿Qué? ¿Aceptaste sin acordar nada? —se burló el mayor—. Y sigues diciendo que no es por la chica —agregó suspirando, alargando la oración con mucho más énfasis y gracia que la habitual.

Permite sanar tu corazón [SasuSaku]Where stories live. Discover now