Yo también sonreí, pues me dí cuenta de que si me escucha cada que hablo de Jimin. Conociéndola a ella y su manía de querer abrazar a todos en el instante en que los comoce, lo más seguro es que Jimin hubiera entrado en una terrible crisis; pero ella entendió que Jimin, así como muchos, no se siente cómodo.

—Me llamo Harae. Soy madre de Yeonji

—Hola. —Respondió Jimin meciendo su cuerpo hacia adelante. Las galletas pasaron a la mesa y sus manos cayeron sobre sus piernas, un poco después comenzó a frotarlas en la tela de su pantalón.

Mi madre se sentó frente a él, del otro lado de la mesa, sus ojos miraban a todas partes, evitando que Jimin se sintiera observado u obligado a mirarla también: —Me gusta tu cabello. —Le dijo rato después.

Jimin sonrió con los labios y ladeó un poco la cabeza: —A mi también me gusta. —Sonrió, esta vez mostrando los dientes.

Las palabras e interacciones entre Jimin y mi progenitora comenzaron a ser más fluidas con el paso de los segundos. Su aura tranquila y relajada fué clave para que el de abultados labios rosados se sintiera cero presionado al tener un nuevo extraño en su vida.
El tímido chico agradeció muchas veces por las galletas y también sacó a la luz muchas de mis faltas en el trabajo; tales como todas las veces que me he levantado tarde o como la vez que su pijama no se secó porque no la metí a la secadora. Pero al final, siempre se encargaba de decir que de igual manera se sentía feliz por tenerme ahí.

Mentiría si digo que, ha apesar de parecer un buzón de quejas absurdas, mi madre no dejaba de sonreírle a Jimin. Parecía tan encantada con él que estoy segura de que me enamoré un poco más.

☁️☁️☁️

—Haces un gran trabajo, Yeon.

Levanté la mirada de mis zapatos y miré a mi madre: —¿Qué?

—Haces un gran trabajo. —Repitió sonriendo. —No ves a Jimin como una carga, ni como algo que debes trabajar para que él sienta lo mismo que tú; Jimin es importante para ti, tanto que por eso tu trabajo lo haces con amor. Estoy orgullosa de ti, y muy feliz también. —Ella detuvo sus pasos y por consecuencia lo hice yo después, sus brazos me acercaron a ella y mientras ese abrazo existía, sus manos acariciaban mi cabello.

¡Ah!, cuánta paz me brindó ese momento.

Pasados unos cuantos minutos así, nos separamos y sonreímos mutuamente: —Vamos, que se hace tarde. —Dijo mirando el cielo. —Hubiera traído el auto, pero no creí tardar tanto.

—Jimin te roba mucho tiempo sin que lo sospeches. —Me reí y ella lo confirmó al reír también.
Llegamos a la estación y esperamos los correspondientes 5 minutos que el autobús tarda en llegar; al pasar esos, como siempre, llegó puntual. Un nuevo abrazo nos unió a nosotras, solo que este último fué más pequeño y rápido.

—Llámame. —Me pidió con sus pequeños ojos.

—Lo haré. —Prometí y le dí paso a subir al autobús, el cual avanzó después de que bajaran dos personas más.
Sin mirar más, tomé mi camino de regreso a casa, oscurecería pronto y el frío aumentaría.

—¿Yeonji? —Preguntaron detrás de mí.

¿Ahora quién me ha encontrado?
Dí la vuelta y dejé que me sorprendiera aquella que mencionó mi nombre; la señora Jeon.

—Yeonji, eres tú. —Me dijo alegre. —Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que nos vimos.

—Demasiado. —Le confirmé al darme cuenta de que ya no está embarazada más. —Usted estaba...

—¡Lo sé! —Exclamó levemente al ver mis manos formar una gran panza. —Ahora Namjoon está por cumplir 2 años. —Sus labios sonrieron mientras acariciaba su cabello.

—Wow... Debe, ser un ángel.

—Es nuestro sol. —Colocó sus manos en su pecho, pero después formó una pequeña mueca. —Lo único que nos inquieta es que aún no habla ni un poco; Jungkook dijo papá cuando cumplió un año.

Su mirada preocupada cayó al suelo, obligandome a decir algo para que no naciera un silencio incómodo: —Bueno, todos somos diferentes. —Ella me miró con las cejas juntas. —Einstein no formulaba frases concretas hasta que cumplió 9 años y no creo que haga falta decir en quien se convirtió después; Namjoon es diferente a Jungkook, diferente a usted o a mi, dele el tiempo que él necesita.

La señora Jeon soltó un poco de aire tras asentir: —Tienes razón, Yeonji. —Me dijo. —Me alegra mucho el volver a verte; sé que Jungkook y tú terminaron de una mala manera pero igual quiero que sepas que cuentas conmigo si necesitas algo.

—Gracias, señora Jeon. Es mutuo. —De nuevo me sonrió.

Con un abrazo, se despidió de mi y tomó un camino diferente al que yo debía tomar; me apresuré a llegar a casa sino Jimin me reclamaría porque se nos hizo tarde para ver la película correspondiente al viernes.
Me hubiera gustado saber que fué de Peter Parker en Europa, pero las palabras de la señora Park no salian de mi cabeza.

Así como tampoco la falta de habla del pequeño Namjoon.

Así como tampoco la falta de habla del pequeño Namjoon

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Autismo. || PARK JIMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora