Nathaniel Archer
Los días se me caían encima y la vida se me iba lenta pero segura. Ahora que Catalaia estaba de regreso en mi vida, simplemente no la dejaría ir. No sabía cómo, pero haría que regresara a mi sea como sea. Ahora tenía todo muy claro, quería a Roxana fuera de mi vida y era algo que no tenía discusión. Era lunes y Eleanor había vuelto de regreso de fin de semana con Catalaia y no veía mucho avance. Seguía diciendo que no la quería, que extrañaba mucho a Roxana. Estaba más retraída de lo normal y comenzaba a sospechar que Roxana estaba detrás de todo.
— Ellie, princesa, tienes que comer.
Eleanor negó con la cabeza mirando hacia abajo.
— ¿Por qué no quieres comer?— Insistió Margaret
— ¡Es una tonta! Tío, sigue llorando por esa señora cara de rana.
Margaret rápidamente reprendió a Daliah. Si algo tenía Daliah era una extrema sinceridad al punto de ser a veces un poco fuera de lugar; a eso sumándole que es una niña y generalmente los niños no tienen filtro en lo que dicen. Daliah desde que conoció a Roxana no le había caído bien y menos cuando Eleanor dejó de jugar con ella para andar detrás de Roxana. Ella comenzaba a ser un obstáculo cada vez más grande en la vida de todos en casa. La llamaba al móvil y no respondía, le escribía y tampoco. Comenzaba a mosquearme el no poder terminar de una buena vez con ella.
— Niñas, vayan a jugar al salón. — Pidió Margaret sin dejar de mirarme algo intrigada.
Las niñas se fueron y sin poder aguantarse mucho suspiró tomando un sorbo de café.
— Y bien..., cuándo pensabas decirme.
— ¿Decirte que?
— Sobre Catalaia. Que ha aparecido. Roxana me llamó llorando contándome.
— Ah, te ha llamado. Que bien, porque llevo intentando llamarla por tres días y no responde.
— ¿Por qué no me has dicho que la has encontrado? ¿Dónde estaba?
Harto, desilusionado y desganado apreté los dientes y dolido por todo lo que estaba ocurriendo me cubrí el rostro desesperado y solo tenía en mente una cosa, necesitaba a Catalaia en mi vida.
— Todo ocurrió rápido. Kayla, una hermana que tiene Odette que ni sabía que existía a modo de venganza contra Odette u algo así me dio el paradero de Catalaia. Tuve que ir a Hungría y pujar en una maldita subasta en una red de trata humana para rescatar a mi esposa. Aunque ella no me lo ha dicho, deben de haberla violado, torturado, humillado y quien sabe qué más cosas. Está cambiada, y no es para menos. Pero me destroza y duele el que ahora..., ahora ella solo quiere estar lejos de mi. Catalaia no desea estar más a mi lado y yo me estoy volviendo loco.
Moría por volver a besarla, quería protegerla pero ella se empeñaba en alejarme. Le enviaba rosas todos los días, sin fallar, a la misma hora y al principio, las primeras rosas las devolvía. Llamaban de la floristería avisando que ella no aceptaba las rosas y justo cuando estaba a punto de rendirme, había dejado de recibir llamadas de la floristería y un mensaje de Catalaia había llegado a mi móvil.
Catalaia a las 9:00am
¿No piensas rendirte?
Nathaniel a las 9:02am
Tratándose de mi esposa, jamás.
Catalaia a las 9:04am
Creo que está mal. Ya no somos nada y tú tienes pareja. Creo que debes dejar de insistir en algo que no va a ningún lado.
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Catarsis
RomanceHan pasado cinco años desde que Catalaia habia desaparecido de la vida de Nathaniel y de su hija. Desde aquel día el corazón de Nathaniel se endureció y su hija comenzó a sentir las consecuencias al ser constantemente rechazada por su padre. Intenta...