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Cameron pasaba por el patio de la prisión con rapidez, intentando que los caminantes no la atraparan.
Cuando llegó a dónde Merle siempre dejaba la moto, ahí estaba la moto, pero sus hermanos no.
Así que salió de la prisión, dirigiéndose al bosque.
Al llegar, y finalmente poder dejar de correr, volteó a ver la prisión.
Totalmente destruida.
Y ella estaba sola.
Y Santa había muerto.
La niña soltó un pequeño sollozo, recostada en el árbol,casi abrazada a este.
Y escuchó una voz detrás de ella.
- ¿Estás perdida, pequeña? -Cameron volteó, había un hombre, probablemente uno de los hombres del Gobernador, frente a ella.
Cameron asintió.
-Perdí a mis hermanos...
-Yo te puedo ayudar a encontrarlos. -aseguró.
El hombre se acercaba a la niña, ella notó cómo se quitaba el cinturón del pantalón, pero no dijo nada.
El hombre se agachó un poco, para quedar a su altura, y empezó a acariciar su rostro.
Cameron rápidamente sacó el cuchillo de su bolsillo.
Y le cortó el cuello.
Sin dejar de verlo a los ojos en ningún momento.
Pero él soltó un disparo, con la pistola que tenía en la mano, que la niña no había notado.
Le había dado a un costado del torso.
La niña miraba la herida en su cuerpo, mientras el cuerpo del hombre convulsionaba en el suelo, antes de morir.
Cameron presionó su herida, intentando no gritar, para no atraer más caminantes.
Había recordado lo que Merle había dicho sobre Michonne, sobre cómo ella estaba la primera vez que la encontró.
Y se acercó al cuerpo del hombre.
Primero tomó su camisa, y la amarró a su torso, para hacer presión en la herida.
Luego volvió a tomar su cuchillo, y empezó a cortar los brazos del hombre, con algo de asco.
Luego corto su mandíbula.
Tomó el cinturón del hombre, y lo amarró en su cuello, mientras ella esperaba a que se convirtiera.
Cuánto el hombre regresó, la niña lo ayudó a ponerse de pie, y empezó a caminar, sosteniéndolo del cinturón.
Los otros caminantes pasaban a su lado, sin hacerle caso alguno, mientras se dirigían a la prisión.
La niña pasó toda la tarde caminando, hasta que finalmente había logrado salir del bosque, llegando a un pequeño pueblo.
Dejó al caminante afuera mientras entraba a una de las casas, se aseguró de que no hubiera nada ni nadie, y luego subió al segundo piso, entrando a uno de los cuartos.
Se sentó en el suelo, mientras sacaba las cosas de su bolso, pues aún tenía que curarse la herida de bala.
Hershel le había enseñado como.
La bala al parecer había cruzado, por lo que ella solo debía limpiar y vendar, lo cual hizo en unos cuantos minutos.
Se mantuvo viendo por la ventana, ya estaba atardeciendo.
Ella usualmente estaría con Carl, en el techo de la prisión, escuchando música a esas horas.
Pero ahora ni siquiera sabía si a Carl había sobrevivido.
O si sus hermanos habían sobrevivido.
Y ahora no estaba escuchando música, y no había nadie a su lado.
El único sonido eran sus sollozos.
Se sentía sola.
Quería estar con sus hermanos, quería estar en la prisión.
Y quería estar con Carl.
Debió haber besado a Carl.
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