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Merle Dixon soltó un pequeño quejido mientras su hermana limpiaba sus heridas, la expresión en la cara de la chica no era bastante amigable, incluso podría decir que no la habían visto tan enojada desde el gobernador, tal vez, incluso, desde Shane.
Pero su mirada se suavizaba cuando escuchaba el dolor de su hermano.
-¿Te lastimé?
-Tú sigue.
La noche había llegado a Alexandria, el grupo que había salido a recoger materiales para la comunidad ya había regresado.
O al menos su mayoría.
Tara estaba gravemente lastimada, por lo que pasaría la noche en la enfermería, o probablemente unos cuantos días. Aiden, uno de los hijos de los líderes de la comunidad, había muerto. Noah también había muerto, y, según relataron Glenn y Merle, Nicholas era el culpable.
Merle estuvo cerca de terminar como Noah, por lo que Glenn le había dicho, ya que ni el mismo Merle Dixon parecía tener la fuerza para contarlo.
Toda culpa del cobarde de Nicholas.
Cameron sabía que debería estar feliz de que su hermano estuviera ahí con ella, pero en su lugar no podía dejar de pensar en que esa noche Daryl y ella podrían haber pasado solos, llorando una pérdida.
-Lo voy a matar. -avisó la chica, casi en gruñido.
-Debemos hablar con Deanna. -se escuchó la voz de Rick, quien también estaba en la habitación de la casa, como casi todo el grupo.
-Deanna no va a hacer nada. ¿Se pusieron a pensar en cuántas veces ese imbécil ha salido de aquí con un grupo?, ¿cuántas personas han muerto por su culpa?
-No podemos ir a matarlo, Cameron, nos sacarían de la comunidad. -intentó razonar Glenn, quien se encontraba sentado en el suelo desde que llegaron.
-Nadie debe saber que fuimos nosotros, yo sé cuál es su casa, si hacemos que parezca accidente quizá...
-No lo vamos a matar. -La interrumpió Rick.
-No, no. Deja que termine. -apoyó Daryl con desprecio en su voz.
-Tal vez si entro por su ventana y les abro la puerta para que me ayuden. O puedo hacerlo yo, solo necesito una cuerda y ... -Cameron explicaba ahora con más rapidez y emoción, pero el rostro de Rick le hizo entender que era mejor guardar silencio.
-Hablaré con Deanna y lo solucionaré, no hagan nada. Y te lo digo a ti. -Señaló a la chica, quien solo lo miraba con una sonrisa traviesa. -No hagas nada, lo digo en serio.
-No haré nada. -Asintió, terminando de colocar la venda en la cabeza de su hermano, y levantándose del sillón. -Amargados. Iré a dormir.
La chica empezó a caminar hacia las escaleras de la casa, pero la voz de uno de sus hermanos la detuvo.
