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—¡Daryl, mira! –llamó la pequeña Dixon con emoción.
El arquero volteó a verla, la niña tenía puesto un casco, aún algo grande, negro de motocicleta. El hombre sonrió.
—Bien, quédatelo.
Cameron colocó el casco sobre la motocicleta de Merle, antes de seguir buscando cosas para quedarse.
Habían pasado unos días desde la explosión en el laboratorio, todo había estado bastante bien desde entonces, excepto el hecho de que no tenían agua ni comida, y que habían llegado a una gigante carretera llena de autos bloqueando el paso.
Los cadáveres de las personas seguían dentro de los autos, pero eso no les impidió buscar cosas útiles para el grupo.
Lori decía que era como escarbar en un cementerio, Cameron prefería pensar que era una mina de oro, como una búsqueda del tesoro.
La niña siguió buscando cosas en la moto que había encontrado. Sonrió al lograr abrir el maletero que tenía debajo del asiento.
Vio unos cigarros, los guardó en su bolsillo, pues, según ella, tendría que empezar a guardar cosas así para cuando cumpliera años, para darse los regalos que sabe que Merle le daría, y posiblemente ya tenía guardados. Tal vez para sus quince años, o sus dulces 16.
La niña sonrió al ver una pequeña mochila de cuero, sacó las cosas que había ahí.
Sacó los cigarros de su bolsillo y los colocó en el bolso, para luego ver las cosas que había sacado.
Eran pequeños botes de pastillas, recordaba ver a Merle con esos más de una vez, simplemente los metió de vuelta en el bolso, sin siquiera entender los nombres que tenían escritos. Tal vez funcionarían de medicina.
La niña se colocó el bolso, pues no había muchas más cosas ahí.
Volteó a ver alrededor, con rareza, todo estaba muy callado. Dale, que había estado encima de la caravana, no se veía ya. Tampoco se escuchaban las conversaciones de los demás.
Cameron supuso que simplemente habían entrado a la caravana para planear qué hacer, por lo que simplemente siguió buscando.
Entró a otro auto, haciendo una pequeña mueca por el olor del cadáver, para así empezar a buscar cosas.
Encontró un par de latas de comida, que de inmediato guardó en su nueva mochila, y luego salió del auto.
Pero el horrible olor seguía ahí e incluso parecía incrementar.
La niña vio por el retrovisor de un automóvil que estaba a lo lejos, tirándose al suelo de inmediato.
Había una horda de caminantes.
La niña empezó a caminar agachada, buscando a su hermano.
Intentaba caminar lo más rápido posible, pues los caminantes estaban cada vez más cerca.
Cameron sintió a alguien taparle la boca, jalándola con cuidado detrás de unos autos. Al levantar la vista era Daryl.
El arquero simplemente la tiró al suelo, colocándole un cadáver de caminante sobre ella, para luego ir a su lado, con otro encima de él.
Cameron observó a los demás en el suelo, T-Dog tirado un poco lejos de ellos, debajo de un cadáver también. A lo lejos se podía ver a Lori y Carol, debajo de un auto. Al otro lado, debajo de diferentes autos, Carl y Sophia.
Los caminantes pasaban junto a ellos, quienes se mantenían en silencio debajo de los autos. Y en poco tiempo empezaron a llegar hasta donde estaban los Dixon y T-Dog.
La niña los veía con atención, aún debajo del caminante muerto, pues no recuerda haber estado tan cerca de un caminante vivo sin matarlo.
Tal vez estuvieron ahí unos segundos, unos minutos. Muchos minutos. Pero finalmente los caminantes se escuchaban lejos.
Cameron sintió como el peso muerto que tenía encima era quitado por Daryl, quien después fue con rapidez hacia T-Dog, para hacer lo mismo.
El moreno tenía un gran corte en el brazo, y estaba desangrándose con rapidez.
Ambos Dixon ayudaban al hombre a levantarse, cuando se empezaron a escuchar unos pequeños gritos, provenientes de Sophia.
Un caminante intentaba atraparla por debajo del auto, la niña salió por el otro lado, donde otro caminante se acercaba.
Sophia empezó a correr hacia el bosque, al lado de la carretera, con los dos caminantes siguiéndole. A los pocos segundos Rick ya se había ido detrás de ella.
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