₀₀₇ ᴡʜᴇɴ ʏᴏᴜ'ʀᴇ ᴏʟᴅᴇʀ

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Cameron estaba junto a Daryl, quien había llegado la noche anterior, ambos colocaban tablas de madera en las ventanas de la iglesia, martillándolas

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Cameron estaba junto a Daryl, quien había llegado la noche anterior, ambos colocaban tablas de madera en las ventanas de la iglesia, martillándolas.

El mayor se tendría que ir nuevamente.

Cameron no estaba para nada feliz con la idea, pero al parecer era necesario, pues Carol y Beth, quien sorprendentemente seguía viva, estaban secuestradas en un hospital, así que Daryl, y la mitad de lo que quedaba de grupo, irían por ellas.

Y, nuevamente, su hermano no la dejaba acompañarlo, porque sería "peligroso".

Incluso el chico nuevo con el que Daryl había llegado, que al parecer se llamaba Noah, iba a ir con ellos, lo que le parecía realmente injusto.

—¿No le dijiste a Merle que se quedara? –preguntó el arquero, intentando no darle importancia.

—Sí. Pero no funcionó. Así que ahora no le hablaré cuando lo vea.

—¿A mí también me dejarás de hablar después de que me vaya?

—Tú vas a un hospital, no a Washington. Pero si quieres que te deje de hablar solo pídelo.

—No gracias, estoy bien así.

Cameron sonrío ligeramente, mientras ambos terminaban de colocar las tablas.

Los dos caminaron a la entrada de la iglesia, donde todo estaba reforzado, pues los niños, Michonne y Gabriel serían los únicos que quedarían en el lugar, los otros se irían, así que debían quedar protegidos.

Cameron vio a Rick haciéndola una pequeña seña a Daryl, después de haberse despedido de sus dos hijos, la niña entendió que ya deberían irse.

—Por favor déjame acompañarte. –suplicó, viendo a su hermano. —Me portaré bien, lo juro, haré caso y no le dispararé a nadie a menos de que sea muy necesario, y no voy a...

—Cam. –la detuvo el mayor, hincándose para quedar a su altura. —Me encantaría que pudieras acompañarnos, pero debes entender que aún eres algo pequeña para este tipo de cosas, te necesito aquí, sana y salva. Cuando seas mayor prometo que podrás ir.

—Pero para eso falta mucho.

—No tanto como crees. –aseguró, con una pequeña sonrisa, antes de besar su cabeza. —Creces rápido, pero no todavía. No te molestes, ¿está bien?

La niña tardó unos segundos, pero finalmente asintió.

—Está bien.

Daryl entró rápidamente a la iglesia por sus cosas, y la bolsa de armas que llevarían, para después salir, y dirigirse al camión en el que se irían.

El arquero volteó a mirar a su hermana, despidiéndose desde lejos con una seña, antes de entrar al camión.

Cameron ingresó a la iglesia, junto a Carl, Michonne, que tenía a Judith en brazos, y Gabriel, que ya estaba dentro.

Y cerraron las puertas.

(...)

Cameron empezó a colocar el arsenal de cuchillos y armas en el suelo, mientras Carl hablaba con Gabriel, ambos estaban junto a la niña.

—Escoge una. –ordenó el niño, viendo al cura, quien solo negaba. —Debes aprender a defenderte. Nosotros podemos enseñarle.

El hombre detuvo lo que hacía, lo cual era solamente limpiar la sangre seca del suelo desde hace casi una hora, y miró a ambos niños sin entender, casi ofendido.

— ¿Defenderme?, ellos dijeron que se irían.

—Después de comerse la pierna de Bob, que en paz descanse. –Habló Cameron, murmurando lo último con algo de sarcasmo.

—Eran mentirosos, y asesinos... –concordó Carl.

—Ustedes también. –respondió Gabriel de inmediato, mirándolos a ambos, aunque a la niña más que todo.

—Entonces no le conviene molestarnos mientras tenemos armas al frente. –gruñó Cameron, sin gustarle el tono de voz que el hombre usaba. —Nosotros solo nos defendimos.

—¿Llamas a lo que hiciste "defenderse"?

Cameron puso los ojos en blanco con molestia, mirando a Carl, como pidiéndole permiso para poder irse.

—Ellos nos querían muertos. –explicó el niño, pero Gabriel no dijo nada. —Tiene suerte que su iglesia haya resistido tanto. Ya nada dura mucho. Pero tarde o temprano tendremos que irnos, correr, huir. Cuando estés ahí afuera, enfrentarás problemas de los que no podrás ocultarte. Me hubiera gustado haber sabido eso la primera vez que tuve que huir de algo.

Nadie dijo nada por un momento, haciendo que la niña se sintiera más impaciente con el pasar de los segundos.

Hasta que Gabriel tomó, muy torpemente, un machete del arsenal.

—Buena elección. –felicitó el niño. —Aunque no lo estás sosteniendo bien, debe ser de esta forma. –explicó. —Porque a veces los cráneos no son blandos, y hay que incrustarlo bien o...

Gabriel regreso el machete donde estaba, el hombre parecía estar a punto de vomitar, o desmayarse.

Cameron solo sonreía ingenuamente mientras lo observaba.

—Perdón... Solo necesito un pequeño descanso. –pidió en voz baja el hombre, levantándose del suelo, y caminando a su oficina, alejándose de los niños.

—Que delicada explicación. –susurró Cameron con diversión, mientras veía las armas en el suelo.

—Yo te hubiera agradecido si me hubieras explicado así en Atlanta.

—Te aseguro que no hubieses dormido jamás en tu vida después de mi delicada explicación.

—Igual... Debemos enseñarle a Gabriel a defenderse.

—Lo podemos hacer luego. No lo necesitará aún, mientras tengamos la iglesia y él no haga alguna estupidez.

—De acuerdo...

—De acuerdo

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Semi-Automatic ❪Carl Grimes❫Where stories live. Discover now