No quería enamorarme nuevamente, ni sentir como me rompían el corazón por segunda vez, tan solo iba a mentir que quería a alguien lo suficiente para mentir un beso.
Cuando juegas con fuego siempre terminas quemándote por más que piensas que esa pers...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No me demorare nada, tan solo iré a buscar algunas cosas y vuelvo —le indico a Jules al bajar las escaleras.
Llame a Colin en la mañana para preguntarle si había alguien en la casa y dijo que no, sí que es mi momento para entrar y sacar algunas de mis cosas que necesito. Todavía no estoy preparada para hablar a pesar que han pasado dos semanas de lo ocurrido.
—Me llamas cuando te desocupes —asiento. Me subo en el auto.
Se estaciona delante de la entrada. Todo sigue igual, el césped mal cortado de Fred, la pelota de basquetbol de Colin y mis patines a un costado, es como si nada hubiese pasado cuando es todo lo contrario, todo ha dejado de tener su valor. Tomo mi teléfono para quitarme el cinturón y despedirme de Jules con un casto beso en los labios. Tomo la llave que me dejo Colin debajo del tapete para entrar.
Me quedo estática observando mi alrededor, hace menos de un mes todo estaba normal, pero la única diferencia es que esa tranquilidad había mentiras, es sorprendente lo que puede ocasionar las palabras y una persona. Dejo colgadas las llaves para subir hasta mi cuarto que sigue intacto. Mis cosas en la misma posición desde que me fui, el vaso de agua sobre el velador y mi cama desecha, es como si enteraran recordarme tal cual como me fui y es triste porque estoy viva, sin embargo nadie está para mí.
Abro el armario para sacar las cajas que necesitaba. Están todos los ensayos, resúmenes y apuntes que he hecho en el año, y es lo que necesito para estudiar. Lo dejo sobre la cama para guardar un poco de ropa en las cajas y alguna que otra cosa que necesito. Seguiré quedándome con Jules hasta que me sienta lista para regresar o hasta que su padre llegue, posiblemente sea la opción número dos. Veo que no se me quede nada para salir hacia el pasillo, pero me detengo cuando escucho movimiento en la planta de abajo.
Le pregunte mil veces a Colin si había alguien en casa y él me dijo que no. Lo voy a matar cuando llegue el lunes. Bajo las escaleras para ir directamente hacia la puerta sin detenerme en ver quien está, pero me es inevitable no fijarme cuando paso por la cocina. Aria gatea hacia el cable que está colgado al costado de la encimera y lo empieza a empujar. Corro hacia ella para aculillarme y empujarla a un lado, pero empuja tan fuerte el cable que el agua del hervidor cae por todo mi brazo derecho.
Todo pasa tan rápido que mi piel se empieza a enrojecer y el dolor se intensifica. Muerdo mi labio fuertemente intentando aguantar el suplicio que esto me ocasiona el agua hirviendo sobre mi piel. Me levanto para ir corriendo hacia el lavamanos, abro la llave e intento acerca mi brazo al agua, pero tan solo el roce de mi piel con ella me arde. Empiezo a llorar silenciosamente al sentir como el dolor traspasa todo mi cuerpo, rompo la camiseta para ver como mejor claridad la quemadura.
— ¿Qué ha pasado? —pregunta Grace. Intento encontrar una forma de apaciguar el dolor, pero no puedo, cada movimiento me quema más. Grace se acerca hacia donde estoy y mira la herida —. ¡Mira como lo tienes, tenemos que ir al hospital!
