No quería enamorarme nuevamente, ni sentir como me rompían el corazón por segunda vez, tan solo iba a mentir que quería a alguien lo suficiente para mentir un beso.
Cuando juegas con fuego siempre terminas quemándote por más que piensas que esa pers...
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Me rindo en proteger esta casa. Tomo unos de los vasos de plásticos que están sobre la encimera y me sirvo hasta arriba de coca cola para encaminarme a donde mis amigos. Ellos han disfrutado como nunca antes y los envidio por eso. Han llegado Blair y Asher, sí que están todos en el jardín trasero sentados alrededor de una mesa que está repleta de botellas de alcohol y vasos a medio servir.
—Muévanse, quiero sentarme —empujo a Violet para sentarme entre medio de ella y Winner.
—No me digas que estas tomando coca cola —coloca sus ojos en mi bebida y me mira de mala manera. Toma mi vaso y lanza el cometido entre las plantas para servirme hasta arriba de vodka negro —. Hasta el fondo.
—No tengo tolerancia al alcohol, me desmayare si lo tomo hasta el fondo.
—Te cuidaremos, para eso están las amigas —la miro sin creer mucho en sus palabras, pero tan solo me encojo de hombros y me llevo el vaso a la boca para beberme hasta la última gota.
—Esa es mi chica —me da unas palmaditas en mi espalda. Paso mi mano por mi boca para ver la sonrisa divertida de Jules.
—Todavía estas aquí, pensé que te habías ido —le confieso.
—¿Por qué me iría?
—Pensé que mis amigas ya te habían echado, ya que tú eres un genio para hacer a las personas enojar.
—En realidad este chico es divertido y tiene historias que te mueres de la risa, creo que contigo es así —todas asienten. Lo miro sorprendida y él me sonríe egocéntricamente, cretino.
—Entonces voy a empezar a emborracharlo más seguido.
—Ni se te ocurra —me apunta con su dedo.
—Le estaba diciendo a Jules que cuando tenías diez años te vestiste por un mes de hombre porque querías ser como ese chico que viste en una película —me confiesa Blair y si no fuera por la distancia que nos separa me lanzaría contra ella. Porque tenía que contarle una de las anécdotas más vergonzosas de mi niñez al chico que se burla hasta por la cosas más insignificante del mundo.
—Igual no te verías mal de hombre —intenta remediar Jules y yo afirmo fuertemente mi vaso intentando contenerme de no lanzárselo por la cabeza y el me levanta sus manos en son de paz al ver mis intenciones.
—Tú no te quedas atrás que cuando tenías siete te rapaste las dos cejas porque estabas probando la máquina de afeitar de tu padre —contrataco y Asher se ríe estrepitosamente.
—Si me acuerdo, tuvimos que ver como treinta videos de cómo hacer cejas, ya que teníamos clases al día siguiente y ella no quería ir de esa forma, fue el mejor semestre del mundo —Blair lo empuja, pero él no deja de reírse.
—Por favor te ríes de mí, pero tú tienes el premio de la mayor estupidez del mundo. No sé si se acuerdan, pero hubo una época en donde Asher no salió por dos semanas completas, ni siquiera para ir a colegio, bueno fue porque el imbécil se cortó el cabello para...
