*20*

483 26 9
                                    

Jules me baja la maleta y me acompaña a la entrada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Jules me baja la maleta y me acompaña a la entrada. Luego de dos horas de viaje estamos agotados, sí que en estos momentos lo único que quiero es mi cama que me espera subiendo las escaleras. Levanto el macetero para tomar la llave que ha dejado mi padre antes de irse a trabajar y la sostengo en la mano.

—Gracias por invitarme, me encanto el viaje —paso mis manos por su cuello y lo atraigo hacia mí, él rodea mi cintura.

—Para la otra iremos solos.

—Lo hemos pasado genial con ellos —le comento sarcásticamente haciendo que una risita boba le salga.

—Mañana tengo una reunión en el hospital y quería preguntarte si quieras acompañarme.

—Eso no se pregunta Jules, claro que quiero, ¿Nos juntamos allá?

—Sí.

Me da un suave beso pasa separarse de mí. Abro la puerta dejando mi maleta a un costado, no hay nadie en casa y es un alivio, necesito tranquilidad por lo menos unas tres horas, antes de que venga Fred y me amedrante con preguntas que no quiero responder. Enciendo las luces del pasillo para subir. Empujo la puerta de mi cuarto, pero me detengo cuando escucho música en el cuarto de Fred y me extraño, ya que mi padre dijo que no habría nadie en la casa.

Dejo mi maleta al lado de la puerta para ir a saludarlo. Muevo la manilla y todo pasa tan rápido que me hubiese gustado haber tocado antes de entrar. Zoe se baja del cuerpo de mi hermano para cubrirse con las sabanas y Frederick tan solo se cubre con una almohada. Creo que tendré pesadillas eternamente luego de haber visto a mi hermano desnudo.

— ¡Hermanita, llegaste! —me comenta alegremente.

—Y tú no pierdes el tiempo.

—Tenía la casa para mí solo, hay que aprovecharlo —niego con la cabeza. Zoe está sumergida en la vergüenza que ni siquiera me mira, pobrecita.

—Bueno, me voy y no entres a mi cuarto, dormiré un poco.

—Está bien —se despide con la mano. Cierro la puerta sin poder quitarme esa escena de mi cabeza.

Dios mío porque tengo hermanos tan calientes.

Entro a mi cuarto sacándome los zapatos, apagando las luces y dejando todo a oscuras. Necesito dormir mínimo unas ocho horas, ya que este fin de semana por más bueno que haya sido, me dejo exhausta. Me acurruco con mis almohadas cubriéndome hasta arriba con mis sabanas y ni siquiera pasan un minuto cuando caigo rendida.

***

Despierto al día siguiente exaltada por el ruido del parlante que ha puesto uno de mis hermanos. Abro mis ojos y veo que ya ha amanecido, tomo mi teléfono para ver la hora: las doce del mediodía. Dormí más de lo esperado, veo que Jules me ha enviado un mensaje y lo abro para caer en la realidad, tengo una cita con él y por estar tan cansada no puse la alarma anoche, maldita sea.

Bésame sin sentirWhere stories live. Discover now