¿Que pasaría si un hombre desea a la mujer equivocada?
Poder, reputación, dinero, mujeres... Lo obtuvo todo. Pero su deseo cayó en la menos indicada...
🌹Borrador con errores ortograficos
🌹Corrigiendo
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- Contenido adulto y...
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Victoria pasó saliva, ante sus comprometedoras palabras. Veía el rostro de Daymon, como si se tratará de una hermosa hipnosis.
Sus ojos húmedos por las lágrimas, sus rosadas mejillas del frío, y sus rojos labios temblando por el nerviosismo.
No sabía si era por su vulnerable situación, o por el ambiente tan cálido al rededor. Que acercó sus manos a sus frías mejillas, limpiando con suavidad las lágrimas que corrían por estas.
- Lo haré, solo deja de llorar... - pidió con dulzura.
El pecho de Daymon revoloteaba sin parar. Su respiración comenzó a ser más rápida, para intentar controlar todo lo que estaba sintiendo.
Tenía a la mujer de su vida frente a él, aceptando por fin su aplastado y desquiciado amor.
Sin tener control de sus acciones. Daymon tomó abruptamente el rostro de Victoria, estampando sus labios con los de ella.
Tomando su boca forzosamente, en un desesperado y necesitado beso.
Victoria intentó alejarse de él, apartando su rostro. Pero Daymon sin control de sí mismo, tomó sus brazos con una de sus manos y con la otra acercó nuevamente su rostro, presionando con más fuerza sus labios sobre ella.
Sintiendo de nuevo, esa ola de placer que sólo ella le brindaba.
Victoria lo empujaba como podía, negándose a ese forzoso beso. Daymon hizo caso omiso a sus forcejeos, moviendo sus labios con más brusquedad sobre los de ella.
Victoria no podía empujarlo, por mas que lo intentaba con todas sus fuerzas. Sintiendo como dejaba un camino de besos hasta su cuello.
Quería alejarlo, no por qué sintiera repulsión. Si no, porque temía caer en el deseo carnal por corresponderle.
- Pa-ara... - pidió entre jadeos, intentando mantener lo poco de postura que le quedaba.
Daymon la ignoró por completo, continuando con sus desesperados besos, al rededor de su cuello. Noto de reojo, como Victoria cerraba los ojos ante el placer que estos le producían.
Fue como si un semáforo diera verde para Daymon, volvió nuevamente a sus labios.
Sintiendo claramente, como ahora era correspondido por los labios de Victoria.
Pareciera que su cerebro dejó de funcionar, cuando ella posó sus manos al rededor de su cuello. Enterrando sus dedos, en su sedoso cabello.
Daymon sin ni una pizca de control sobre si mismo, devoró sus labios, metiendo de a poco su lengua. Sus manos fueron hacia su pequeña cadera, acariciando toda la figura de su cuerpo.
Era tanto el placer que ambos sentían, que Daymon gruñó sobre sus labios, al tener poca accesibilidad sobre a ella.
Se levantó, aún con Victoria besándolo desenfrenadamente. Cargándola con una mano y con la otra, tiró todo el contenido de la mesa hacia el suelo.
