¿Que pasaría si un hombre desea a la mujer equivocada?
Poder, reputación, dinero, mujeres... Lo obtuvo todo. Pero su deseo cayó en la menos indicada...
🌹Borrador con errores ortograficos
🌹Corrigiendo
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ 🔞 ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
- Contenido adulto y...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
En lo frío de la noche, a lo lejos en un hotel.
Las 9 de la noche marcaban en las manecillas del reloj de la habitación 348, en el doceavo piso.
Con la vista perdida, Daymon observaba la iluminada ciudad por la ventana mientras fumaba un cigarrillo. Recostado en el marco de está con el torso desnudo, daba calada por calada. No le importaba que el frío se filtrara por la ventana, ya que solo traía una toalla a la cintura para cubrir su desnudez.
Con una última calada de humo, apagó su cigarrillo reincorporandose, agarró fuertemente su toalla en un intento que no se le cayera.
Recogió con pesadez su ropa tirada por doquier, yendo en dirección al baño. Al entrar, miró de reojo el espejo, haciendo un claro gesto de disgusto al verse a sí mismo.
Sus notorias ojeras, su barba sin cuidar, su grasoso pelo largo, y para empeorar todo parecía notar algunos kilos menos. Desvío la vista, colocándose sus prendas de vuelta, quería irse rápido sin hacer el menor ruido.
Mientras él se vestía. En la habitación, entre las suaves mantas de la cama, se despertaba un hermoso joven de contextura delgada. De cabellos marrones y unos bellos ojos azules casi grisáceos.
Se levantaba mientras se frotaba los ojos, miró a su lado buscando a su preciado amante, pero al no encontrarlo, se dispuso a ponerse de pie.
Agarró la sabana para cubrir su desnudo cuerpo, yendo rumbo al baño, pero frenó su paso al ver que Daymon salió antes, ocasionando que ambos se encontraran frente a frente.
Daymon maldecio para sus adentros.
- Te levantaste antes. - mencionó el joven sonriente. - Esperame que termine de cambi...
- No tengo tiempo. - interrumpió Daymon cortante. - Perdón.
Intentó salir de ahí, pero fue retenido por el joven de ojos grisáceos, agarrandolo del brazo.
- Daymon, a-al menos salgamos... Hay un restaurante cerca de aquí, yo invito. Vamos, no nos vemos de tiempo. Si quieres volvem...
- Tristan sueltame... - espetó de espaldas.
- Po-podemos salir a ver una película o i-ir a cami...
Daymon ejerció más fuerza, soltandolo de su agarre, yéndose rumbo a la puerta.
- Creí... Que querías verme... - mencionó Tristan afligido. - O... Es por una tal Elizabeth...
Daymon frenó su paso, mirándolo por encima del hombro.
- ¿Quien te dijo ese nombre...? - preguntó con voz gruesa.
- Estuviste diciendo su nombre todo el tiempo que lo hicimos. Yo... Solo... Creí que algo cambiaría... Me llamaste, e incluso me trajiste un regalo. Creí... ¡Creí que esta vez sería en serio! - gritó a punto del llanto.
