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Daymon apenas salió del auto, corrió frenético hacia ambas mujeres

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Daymon apenas salió del auto, corrió frenético hacia ambas mujeres.
Victoria al verlo, se alejó del abrazo de Rosa sorbandose la nariz. Limpiándose con rapidez las lágrimas que corrían por sus rojas mejillas.

- ¡¡Victoria!! - exclamó Daymon agitado, al llegar con total preocupación frente a ella.

Tomó sus hombros nervioso, buscando si tenía algún posible daño en su cuerpo.

- ¡¿Te hicieron al...

Sus palabras fueron ahogadas, cuando miró el rostro de su pequeña caperuza. Con la nariz roja y ese par de ojos miel húmedos por las lágrimas.
Ese bello rostro, que cada día soñaba con solo verlo, ahora estaba totalmente quebrado del llanto.

Daymon le dolió verla así. Preocupado a más no poder, se sacó su saco con rapidez, colocándoselo con algo de brusquedad a ella.

- ¡¿Qué te pasó?! - preguntó preocupado agachándose a su altura. - ¿Te hicieron algo? ¡¿Te golpearon o...

No encontraba palabras para expresar su inquietud. Quería entender que le había pasado, o porque estaba en tal situación tan vulnerable.
Aún con el rostro de ella temblando por el frío y sus ojos rojos del llanto, le seguía pareciendo la mujer más hermosa que en su vida había visto.

- Solo dime que tienes... - rogó él en un hilo de voz.

No era su especialidad preguntar sobre el bienestar de las personas, pero se notaba que intentaba transmitir su preocupación por ella.

Victoria no lo comprendía. Si ella era la que estaba triste, ¿por qué él parecía estar a punto de sollozar?

- Estoy bien... - mencionó, frotándose los ojos.

- No, no estas bien.

Victoria estaba por responderle, pero sus palabras fueron frenadas por los pasos de Misha y los gemelos aproximándose.

- ¡Victoria! - exclamó Misha con algo de enojo. - ¡¿Por qué no me contestabas el teléfono?! ¡¿Sabes lo asustada que estaba?!

Su enojo de preocupación pasó a ser una mirada afligida, yendo rápidamente hacia ella, dándole un fuerte abrazo.

- ¡Contestame cuando te llame! - exclamó, separándose un momento para nuevamente volverla a abrazar con más fuerza. - No me hagas bromas así...

Victoria le devolvió el abrazo, hundiendo su pequeña y congestionada nariz en el cuello de ella.

- ¿Que tienes...? - preguntó Misha, al sentir sus pequeñas lágrimas por su hombro.

- Es... - su voz se quebró, restregando su rostro por el llanto. - Es Antonio...

Misha abrió los ojos de par en par, mirando acusatoriamente a Daymon.

- ¡Le dijiste! - susurró, percatandose que no la hayan oído.

Atrápame, si puedes... | ✔Where stories live. Discover now