¿Que pasaría si un hombre desea a la mujer equivocada?
Poder, reputación, dinero, mujeres... Lo obtuvo todo. Pero su deseo cayó en la menos indicada...
🌹Borrador con errores ortograficos
🌹Corrigiendo
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- Contenido adulto y...
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Evan y Daymon ingresaron al hotel, siendo guiados por el botones hacia su habitación. Este miraba de reojo los notorios muslos de Victoria en el camino.
Daymon al percatarse de esto, le lanzó una mirada sumamente amenazante. Ocasionando que el pobre se estremeciera de temor.
Cruzaron rápidamente la recepción, yendo hacia los elevadores para subir a los últimos pisos. El botones se notaba sumamente nervioso por la penetrante mirada de Daymon sobre él.
El elevador paró en el piso 18. Al abrirse la puertas, el primero en salir fue aquel joven nervioso, colocándose a un lado cabizbajo.
- S-su habita-tación... - tartamudeó levantando un poco la mirada. Encontrándose con la mirada fulminante de Daymon, volviendo a bajar la cabeza asustado. - ¡Es-está al fondo! ¡Co-con permiso!
El pobre botones salió disparado al elevador con la mirada de Daymon sobre él. Presionando repetidas veces el botón para que se cerrarán las puertas hasta lograr su cometido.
- ¿Tenías que asustar al pobre muchacho? - acusó Evan, viéndolo.
- No dejaba de observar las piernas de Elizabeth. - refutó con molestia.
Evan puso los ojos en blanco ignorándolo.
Estaban en un pequeño pasadizo con una puerta al final de este, por lo que no era necesario el pobre botones.
Evan se acercó, abriendo la puerta para darle paso a Daymon.
Entrando a una lujosa suite del hotel. Al frente de ellos estaba una sala con vista a la ciudad de tokyo, a su lado una cocina con todos los implementos necesarios y finalizando con las puertas de las habitaciones que se encontraban al fondo.
- Ábreme la puerta de la habitación. - pidió Daymon.
Evan asintió, guiándolo en un pequeño recorrido por la suite.
- Está parece estar bien. - asintió Evan, al abrir la puerta de una habitación. - Iré a ver las demás, solo déjala aquí.
Daymon asintió, al ver a Evan alejarse de las habitaciones. Entró con cuidado, cerrando atrás de el. Se acercó a la cama, dejando a Victoria sobre las suaves mantas para que descansara.
Victoria se revolvió, acostandose de lado para juntar sus manos.
Daymon la observó con una pequeña sonrisa. Se sentó al borde la cama, quitándole sus zapatillas que podrían incomodarla. Como también su celular, dejándolo en el pequeño velador de al lado.
Se acercó a su cuerpo de ella, pasando suavemente sus manos por debajo de su pecho, halándola hacia el. La sentó con sumo cuidado, apoyando su pequeña cabeza en su pecho.
¿Era necesario describir la notoria felicidad en el rostro de Daymon?
Sus inquietas manos fueron a la parte baja de la sudadera de Victoria, halándola con sumo cuidado, sacando sus brazos para terminar con su cabeza. Dejó la sudadera a un lado, pero antes de volverla a dejar echada. Fue interrumpido por una Victoria durmiente, pasando inconscientemente sus manos sobre su pecho, aspirando el fuerte aroma que él desprendía.
