Capitulo 44

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Ruggero cerró la puerta de la casa después de salir y el sol de la toscana le golpeó de lleno. Los invitados debían haberse ido a celebrar la boda. La charla con Michael le había hecho retrasarse y ahora no había ningún taxi delante de la casa. Quizá encontrara alguno en la iglesia,  pero no quería ir allí ahora que Karol iba a hacer su aparición en cualquier momento.

No, iba a pedir un taxi por teléfono y esperaría ahí a que fuera a recogerle.

Después de hacer la llamada,  se sentó a esperar en la terraza, en uno de los escalones en vez de en el columpio.  Demasiados recuerdos.

Se puso de pie al oír el motor de un coche en la distancia.  Pero, a pesar de que no apareció ningúntaxi, bajo los escalones con el equipaje, dispuesto a esperar abajo.

-¡Ruggero!

Ruggero se dio la vuelta y vio a Karol saliendo por la puerta y corriendo hacia él vestida de blanco.

Pero no llevaba puesto el vestido de novia.

-¿No es así que te encontré al llegar? -preguntó el indicando con un gesto la ropa interior de Karol-. ¿Y qué haces persiguiendome en ropa interior? De haber esperado cinco minutos, el taxi habría llegado y yo ya habría desaparecido de tú vida, tal y como querías.

-Dejate de bromas. Tu no te burles de mi. Quiero que... -Karol se interrumpió y respiró hondo-. Por favor,  Ruggero,  déjate de bromas, aunque sólo sea por una vez.  Tengo que decirte algo.

-¿Qué? -Ruggero dejó el equipaje en el suelo.

- No quiero que desaparezcasde mi vida.

Ruggero contuvo la respiración hasta darse cuenta de lo que Karol acababa de decir.

-Karol, no puedo hacer eso. No puedo quedarme aquí y asumir el papel de tío Ruggero durante las navidades y los cumpleaños.  Tenías razón,  necesito empezar de nuevo. Ademas... -《No podía verte felizmente casada con mi hermano estando total y completamente enamorado de ti 》.

Pero Karol estaba sacudiendo la cabeza.

- No era eso lo que quería decir.

-Entonces, ¿qué es, Karol?

-Llevo el día entero aguantando que la gente me diga lo que debo hacer, lo que es mejor para mí. Estoy harta, debo decidir por mi misma. Y eso es lo que estoy haciendo en este momento,  decidir mi lugar en el mundo.

Karol dio un paso hacia él y añadió en un susurro:

-Y te elijo a ti. Para siempre.

Ruggero la miró fijamente y en los ojos de Karol no vio la sombra de la duda, como tampoco inseguridad ni miedo. Hablaba en serio.

-¿Estás segura? -pero sabía la respuesta.

-Completamente.  Te quiero. Te quiero más que nada en el mundo.

Karol le abrazó y le acarició la espalda.

-Debería haberlo reconocido mucho antes, Tú eres mi lugar en el mundo.

-No puedo quedarme aquí,  Karol -dijo Ruggero-. Puede que volvamos algún día,  pero necesito estar lejos de todo esto durante un buen tiempo. No quiero que el pasado siga influyendome, es el momento de empezar una nueva vida.

-Lo sé  -Karol sonrió-. Yo misma te lo he dicho,  ¿no?

-Sí,  es verdad.

Incapaz de seguir conteniendose, Ruggero bajó la cabeza y la besó profunda y dulcemente.

-Te amo. Vine tratando de encontrar a la chica que había dejado atrás,  sin imaginar la maravillosa mujer en la que te has convertido,  Karol. Ahora te quiero mucho más que antes.

Karol apoyó la cabeza en su pecho.

-A mí me pasa lo mismo. Sí despedirme de ti la vez anterior fue terrible,  está vez... La idea de pasar el resto de mi vida sin ti me resultaba... -Karol sacudió la cabeza y volvió a alzará en busca de otro beso.

-Inaceptable  -concluyó Ruggero,  hablando por ella-. Entonces,  ¿Vas a venir conmigo,  Karol?

-Siempre.

Y Ruggero,  supo de daba igual adonde les llevaría el destino.  Siempre estarían juntos y eso era lo único que necesitaba saber.

Y Karol, por fín, bajo el sol de la toscana.  Supo que había encontrado  Su lugar en el mundo.

Fin.

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