Capitulo 23

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Ruggero no quería ni pensar en eso.

-¿Parecido al regalo que me diste cuando cumplí los veintiuno? -preguntó, y la vio enrojecer mientras mientras ponía en marcha el motor.

-Tienes que parar con eso -dijo Karol poniendo en marcha el coche.

-¿Parar el qué?

Karol le lanzó una mirada furiosa.

-Escucha, Ruggero,  voy a casarme mañana, así que eso de rememorar los buenos momentos del pasado digamos que es inapropiado,  ¿no te parece?

-Bueno, no sé  -Ruggero la observó mientras conducía: las manos sujetando el volante con firmeza y los hombros tensos. La estaba poniendo nerviosa.  Y, por algún motivo que no comprendía,  no quería dejar de hacerlo-. Creo que la cuestión es si Michael lo considera inapropiado.

-Michael no sabe nada.

-¿Te refieres a que no les has dicho que nos íbamos de compras hoy por la mañana?

-Me refiero a que no sabe nada de lo nuestro.  No sabe que... estuvimos juntos.

-Pero... ¿cómo es posible?

¿Cómo era posible que alguien que les conociera y les viera juntos por aquel entonces no se hubiera dado cuenta de lo que significaban el uno para el otro? Ella tenía diecisiete años y el veintiuno; a esas edades,  la discreción no era una de sus cualidades.  Y no les había importado si alguien se enteraba o no. Sus padres,  desde luego, si lo habían notado. ¿Cómo podía haberle pasado desapercibido a Michael?

-¿No recuerdas que Michael estaba en la Universidad? -dijo Karol-. Y no en la Universidad que estaba a la vuelta de la esquina,  como tú.  Michael estudiaba en Escocia.  Supongo que llevaba su propia vida y lo demás le importaba poco. Cuando empezamos a salir juntos Michael y yo, creía que lo sabía, pero pronto me Di cuenta de que no.

-¿Y no te pareció lo suficientemente importante como para decírselo? -¿acaso él no le parecía lo suficientemente importante?

De repente,  le sobrecogio el incontenible  deseo de recordarle a Karol lo importante que había sido para ella en el pasado.

-¿Y por qué iba a decírselo? Tú ya no estabas y, por lo que yo sabía,  no ibas a volver. Y aunque hubiera sospechado que vendrías... incluso ahora que has venido...

-Incluso ahora que he venido ¿qué?

-Que no cambia nada. Lo nuestro es agua pasada.  Ya no tiene importancia.

Si la tenía.  Ruggero no sabía hasta que punto, pero la tenía.  Y quería que Karol lo admitiera.

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