Capitulo 7

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- No ha venido por eso -respondió Karol.

-¿Estas segura? -preguntó Helena-. Puede que se haya dado cuenta de que esta vez estas dispuesta a casarte.

-Hablas como si fuera una veleta-lo que, por otra parte, podía parecer justificado.

Helena suspiró,  agarró un cepillo de peli y se lo pasó por los dorados cabellos. Hacia años que Karol había dejado de envidiar ese pelo, conformamdose con el castaño del suyo.

-No una veleta, sino insegura -le corrigió su hermana.

-Indecisa, como diría papá.

Helena se echó a reír.

-Eso no es verdad.  Tenías motivos más que sobrados para no casarte con esos tipos.

-¿Por qué uno era un idiota que sólo me quería por mi dinero y el otro me estaba engañando con otra? -y no había sospechado nada en ninguno de los dos casos hasta última hora,  cuando había sido demasiado tarde.

Hasta el último momento no se había dado cuenta de no poder ser lo suficiente mujer ni amante para uno de ellos, ni para el otro significar algo que no fuera simplemente el dinero. Al parecer, no merecía ser amada por sí misma.

-Porque no estabas enamorada de ellos -Helena dejó el cepillo encima del tocador-. Lo que hace que me pregunte... ¿Por qué vas a casarte con Michael exactamente?

Karol apartó los ojos del espejo.

-Nos entendemos bien. Michael es estable, tiene sentido común y es tierno. Será un buen padre y un bien esposo. Nuestras familias se unirán por fin, tal y como siempre han querido que fuera. Nuestro matrimonio va a ser bueno para el negocio,  para nuestros padres y también para nosotros.  Esta vez se muy bien lo que hago.

Esta vez iba a tener una familia de verdad y un lugar en la familia. Michael la necesitaba,  necesitaba la legitimidad que ella le proporcionaba. Era irónico,  Michael necesitaba la sangre Sevilla que corría por sus venas con el fin de asentar definitivamente las bases para heredar la empresa; ella, por su parte, necesitaba a Michael,  el hijo adoptivo de  Pasquarelli,  para recuperar el lugar que le correspondía en el seno de su propia familia.

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