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Quédate conmigo
La fiesta.

Anastacia.

Vi a Jonny caminar por todo el salón, no dejaba de darme pequeñas miradas entre sonrisas, la felicidad volvió a invadir sus ojos. Ese hombre feliz, bromista y tierno, regresó. No dejé de sonreírle, aunque no entendía qué hacíamos allí, que estuviéramos allí no pareció ser un problema para él, ya que le ordenó a las pocas personas que se encontraban en el salón de fiestas que nos dejaran solos y como es una orden de el joven Cáceres, todos en silencio se retiraron.

"Felíz" es una palabra muy pequeña para describir como me sentía yo...

«Jonny no se casó.... Jonny. No. Se. Casó. ¡JONNY NO SE CASÓ!».

La emoción recorrió todo mi cuerpo, después de sentir que lo perdíamos para siempre. Llegué a sentir que mi vida se acababa y Jonny no terminaba de contestar un "sí" o un "no" y en ese momento que sentí que todo acabó, la mamá de Jonny lo detuvo, ella se arrepintió de todo, al final confesó que sí era una amenaza: «después de todo Erika tenía razón».

Como extrañé a ese Jonny, a ese hombre tan feliz, tan protector, tan seductor. Yo solo quería su sonrisa, sus ojos, sus suaves labios.

Recibió una llamada la cual contestó con mucha alegría mientras se acercaba a mí, dijo unas cuantas oraciones que no entendía, hasta que me vio y alzó una ceja.

—¿Con quién hablas? —pregunté, juguetona.

—Oscar —respondió con una enorme sonrisa.

—Coloca la llamada en alta voz —ordené y Jonny me obedeció—. Oscar creo que la primera parte no funcionó. —Alcé la voz.

—No, pero eso no lo esperaba y fue aún mejor, ahora el siguiente paso son los besitos y abrazos, esas cosas cursis de novios enamorados. —Oscar hizo sonido de besos junto a gemidos descarados.

—Bueno... y eso lleva tiempo ¿no crees? —atajó Jonny, besó mi mejilla.

—Así que si nos permites... —dejo la frase a entender.

—Cuidado, Anastacia Aba, que mi chico es un niño bueno, el estuvo a punto de ser cura, cuida su inocencia, Anastacia Anastacia.

—Creo que hablaste tarde, amigo mío, adiós. —dije entre risas...

¿Jonny inocente? Debe ser que lo soñó.

—¿Qué? ¿Jonny...? ¡Ana...! —colgamos la llamada. Jonny me miró fijo y soltó unas risitas.

¿Alguna vez han visto a alguien verlos como si fueran la octava maravilla? pues así me veía Jonny, con dulzura, con felicidad, con amor, como si fuera lo mejor de este mundo... Me encantó.

—¿Se vale decir lo feliz que estoy? —Tomó mi mano y la besó, sus ojos no se despegaban de los míos.

—¿Se vale si comemos torta mientras lo dices?

Caminé entre las mesas hasta que llegué a una en donde se encontraba la torta y otros aperitivos, observé la torta, era de tres pisos cubierto con un glaseado blanco y en la punta se encontraban unos muñecos, el novio y la novia que obviamente era idéntica a Mary.

A, B, C... Un niño cambió mi vida |COMPLETA|Where stories live. Discover now