Capítulo 22

2K 78 3
                                    

*Si queréis ver como cantan Hugo y Eva la canción del capítulo id al minuto 15:21-18:16 (es que no he encontrado el clip completo sorry)*

Eva

Me despido de la dependienta que tan amablemente me ha ayudado a buscar lo que necesitaba. Ya tengo comprado lo que me faltaba para el trabajo de Iván y estoy bastante contenta. Creo que nos puede quedar muy bien.

Recibo un mensaje de Rafa diciendo que ya se ha ido a la residencia que tenía que hacer cosas.

Hoy ha pasado la noche conmigo. Anne había ido al apartamento de Gè, y como hacía un tiempo que no pasábamos mucho tiempo a solas, le invité a venir.

También necesitaba quitarme ese sentimiento de culpabilidad que he tenido desde el miércoles.

Cada vez que recuerdo como Hugo apoyaba sus manos en mis caderas y notaba su voz haciéndome cosquillas en las orejas, me pongo roja, cosa que ya parece habitual.

Nunca mi cuerpo había reaccionado de esa forma hasta que llegó él. Y es un grandísimo problema.

Rafa y yo avanzamos un poco más desde la última vez que las cosas se pusieron "más calientes". Esta vez no salí corriendo. No llegamos a tener relaciones, pero sirvió para dejar de pensar en todo. Con todo me refiero a Hugo y lo que me pasa con él.

Sé que quiero a Rafa pero ya no sirve de nada ocultar lo que me provoca estar con Hugo.

Jodida mierda.

Pateo unas piedrecitas con el pie mientras camino por el parque que está al lado de mi apartamento, inmersa en mis pensamientos.

Hace un buen día de octubre. Ya se nota el  fresquito y pienso que debería haberme bajado una chaqueta, no solo el sino jersey de punto que llevo.

—¡Eva! —Oigo que alguien dice mi nombre. Me giro para ver quién es y mi corazón pega un salto al ver al chico rubio que invade mis pensamientos últimamente.

—Hugo... —Intento no parecer nerviosa—. ¿Que haces aquí?

—Iba a tu apartamento para ensayar con Anne. Llego un poco antes de lo que habíamos quedado pero no sabía si iba a llegar a tiempo, al coger el bus... nunca se sabe.

Se coloca al lado mío y retomamos el paseo. Me fijo que lleva su guitarra con él, colocada en su espalda. Es como una extremidad más en su cuerpo.

—¿Qué tienes en la bolsa? —Pregunta Hugo.

—Unas cosas que me faltaban para el trabajo de Flavio y yo para clase de Iván.

—¿Os queda mucho?

—No, la verdad. ¿ Y a vosotros?

—Tampoco nos queda nada. Si vas a estar en casa te lo podemos enseñar si quieres.

—Me encantaría —Digo y le sonrío tímidamente. Sé que me está mirando, pero se me hace imposible mirarle a los ojos.

Los pájaros cantan a nuestro al rededor y el viento mueve las hojas ligeramente. Se está tan bien.

—Adoro el parque. No es muy grande pero a veces me gusta venir a leer sentada en la hierba —Comento a Hugo mientras tomamos una curva.

—¿Eres lectora?

—Soy una aficionada a leer. Los libros son mi vida, aparte de la música y las películas, claro. ¿Tú?

Hugo sonríe ligeramente.

—No tengo tanta capacidad de concentración como para leer un libro. Lo he intentado, de veras. Pero no consigo engancharme.

—No lees, eres de Nesquick... ¿algo más para que salga corriendo?

EsperandoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant