Esperando

Capítulo 9

Eva

La semana pasó volando. Entre las clases, la preparación del trabajo de la clase de Iván... era Viernes y no podía estar más feliz.

Rafa y yo no volvimos a tocar el tema de su casa el otro día. Hicimos borrón y cuenta nueva y volvimos a como estábamos antes. Aunque bueno a veces mientras nos besábamos no podía evitar sentir este revoltijón extraño en el estómago.

Como en este mismo instante.

La lengua de Rafa jugueteaba con la mía mientras me agarraba fuerte de la cintura. Estábamos en la entrada de la academia. Sí, me daba bastante vergüenza besarme así delante de la gente pero no iba a rechazarle de nuevo.

—Me parece que hay un hotel cerca —Dice una voz y al segundo me separo de Rafa. Es Hugo. Nos mira y dibuja una sonrisa pícara en su rostro.

Que vergüenza.

—Ya vienes a estropear el momento —Le responde Rafa de broma.

—Perdón, intentaba rescatarla, parecía que la ibas a ahogar. Casi se podía ver tu lengua en su tráquea —Se ríen los dos a carcajadas y yo quiero que la tierra me trague. Me giro para irme pero me detienen —  Illa, no te enfades que era de coña.

—¿Yo enfadada? Para nada —Digo sin mirar al rubio a los ojos —. Bueno llego tarde a clase ¡nos vemos después!

Me voy sin mirar atrás.

······

—Vale ahora, canta lo mismo pero subiendo la laringe —Me dice mi profesora Mamen mientras me indica que hacer con el dedo. Hago lo que me pide. Pongo la voz un poco más aguda. Es un ejercicio que me cuesta un poco, pero voy mejorando—. Mucho mejor, gracias Eva, puedes sentarte.

Vuelvo a mi sitio mientras mis compañeros aplauden vagamente. Me sitúo al lado de Nia.

—Regalame tu voz, gracias —Me dice susurrando.

—Te la cambio por la tuya —La respondo.

—Hecho.

—Pues venga.

Nos reímos levemente y seguimos atendiendo a lo que está explicando Mamen.

—Veo que Rafa y tú estáis muy bien, ¿eh? —Vuelve a hablar Nia al cabo de un rato.

Levanto una ceja y enseguida caigo. Vuelvo a ponerme roja por segunda vez en el día.

—Lo has visto...

—Difícil no verlo —Se ríe —. Jo, quiero un novio.

—No lo tienes porque no quieres. Mírate.

Mamen chista para que nos callemos. Nia me sonríe agradecida por el cumplido y enseguida retoma la conversación haciendo caso omiso a la llamada de atención de nuestra profesora.

—Osea que todo perfecto respecto a lo que nos contaste le otro día, ¿no?

Me pienso un poco la respuesta.

—Sí, yo creo que sí. Pensaba que Rafa estaba más cortado, pero veo que no...

Nia suelta una de sus risotadas características.

—¡Nia y Eva! Si no os interesa la clase, podéis retiraros.

Negamos rápidamente con la cabeza y no volvemos a abrir el pico hasta el final de la clase.

El día pasa rápido. Los viernes tenemos horario relajado, y lo agradezco. La mayoría son clases prácticas y eso para mí es lo más útil. Me encuentro con Rafa, Samantha y Anaju en la taquilla de la última mencionada, la estamos esperando mientras termina de guardar sus cosas en el bolso antes de irnos.