Capítulo 52

2K 93 1
                                    

Hugo

Me revuelvo incómodo en la cama ya que la luz del sol entra en la habitación de lleno haciendo que me moleste. Abro los ojos con bastante dificultad y veo como la persiana está medio subida. Con cuidado y procurando no despertar a la hermosa chica que duerme plácidamente a mi lado, me incorporo y voy a bajarla para que pueda seguir durmiendo un rato más ya que no sé exactamente cuántas horas hemos dormido, pero sé con certeza que pocas, ya que estuvimos ocupados el resto de la noche.

Sonrío al rememorar en mi cabeza todo lo que ocurrió hace unas horas. Nunca me había sentido tan lleno y tan feliz en mi vida.

Eva me vuelve loco en todos los sentidos posibles y tengo claro que pase lo que pase, la voy a amar siempre.

Antes de hacer que la habitación se quede completamente a oscuras, observo a Eva mientras duerme. Su respiración es lenta y relajada y si te fijas bien parece que una casi imperceptible sonrisa está dibujada en sus labios. El edredón blanco, cubre su cuerpo desnudo y yo no puedo aguantar las ganas de volver a explorarlo y saborearlo.

Me siento como un drogadicto adicto a la heroína pero en vez de una droga, estoy completamente enganchado a una persona.

—¿Hugo? —Dice Eva tan bajito que casi no la oigo.

—Dime —Susurro y bajo la persiana lo más silenciosamente posible que puedo. Dejo unas rendijas abiertas por lo que el cuarto está un poco iluminado, pero no lo suficiente para que moleste como antes.

—Vuelve a la cama conmigo —Al oír eso sonrío de oreja a oreja y la obedezco. Me coloco en mi lado de antes y me cubro con el edredón. Eva se da la vuelta para encararme y aún con los ojos cerrados, se pega a mí, y apoya la cabeza en mi pecho.

Yo la rodeo con los brazos y suspiro. Acaricio su pelo de forma tierna y dejo que Morfeo me lleve a su mundo de los sueños durante unas horas más.

No sé cuánto tiempo ha pasado pero ya me encuentro lo suficientemente descansado como para comenzar mi día. Ya no noto peso sobre mí, así que tanteo por la cama en busca de Eva. No está.

Me levanto de la cama y dispongo a ponerme la ropa. Encuentro mis calzoncillos tirados debajo de la cama. Voy en busca de mis pantalones y de mi camiseta, pero solo encuentro lo primero. Levanto la persiana para tener mejor visión, pero nada.

Salgo de la habitación en busca de Eva. La encuentro en la cocina. Un delicioso aroma a huevos me invade las fosas nasales.

Se ha hecho un moño despeinado y adivina que lleva puesta, mi camiseta desaparecida.

—Buenos días. Ya decía yo que era muy raro que mi camiseta hubiese desaparecido —Me acerco por detrás y la envuelvo en mis brazos. Le doy un beso en la mejilla.

—Hola amor —Me saluda con una sonrisa —. Cuidado a ver si nos vamos a quemar.

Vierte sobre el plato los huevos y se gira para encararme.

—Espero que no te importe que lleve tu camiseta. Estaba tirada en el sillón y la prefería antes que la mía. Es que huele demasiado bien —. No me importa para nada que Eva lleve mi camiseta, es más, le queda mejor a ella y me encanta que se la haya querido poner —. Si quieres ponte tu la mía, la he dejado ahí. Es de chico así que te quedará bien.

Me río y cojo su camiseta color azul con un cohete en el centro del pecho, y me la pongo.

—Que guapo que estás. Me encanta. Te tengo que empezar a vestir más a menudo.

—¿No te gusta como visto? —Me hago el ofendido.

—Sí, mucho. Pero me hace ilusión.

—Pues nada, hazme lo que quieras. Soy todo tuyo.

EsperandoWhere stories live. Discover now