Capítulo 48

2K 77 2
                                    

Hugo

Cada vez se acercan más las vacaciones de Navidad. Sin apenas darnos cuenta ya solo queda una semana para que cada uno vuelva a su casa para ver a su familia.

Hace tres días que Eva y yo volvimos de Copenhague después de mi accidente. La verdad es que he tenido mucha suerte y ahora todo ha quedado en un desagradable susto, pero por lo menos no he tenido secuelas graves salvo varios moretones por todo el cuerpo. En nada estoy curado.

Mi madre ha insistido en no poder esperarse una semana para verme y ha querido venir lo más rápido que ha podido a comprobar que esté bien.

La espero en la estación de tren.

—¿Vas a decirle algo sobre nosotros? —Dice Eva al otro lado del móvil. La he llamado para que la espera se haga más amena.

—Seguramente. Al menos la parte de la ruptura con Aurora no tendré que profundizar mucho, seguro que ella ya se ha encargado de correr la voz. Córdoba no es tan grande, mi madre se ha enterado seguro.

—Uf, a ver que piensa de mí.

—Mientras esté feliz, ella es feliz —Le aseguro. De pronto diviso a una mujer de mediana edad, con el pelo corto y casi blanco abrirse paso sin cuidado alguno a través de la multitud. Sí, esa es mi madre —. Bueno te dejo que ya veo a mi madre.

—Vale, te quiero.

—Y yo —Decir esas palabras se sienten tan bien.

Me acerco a mi madre tan rápido, que se pega un susto cuando la abrazo.

—¡Mamá! —Digo eufórico.

—Ay Dios mío, Hugo que susto me has dado. Ya te iba a pegar, pensaba que me ibas a atracar.

Suelo una carcajada.

—¿Qué tal el viaje?

—Pues nada bien. No se me ha hecho muy largo. Eso sí, hacía un frío que pelaba.

—Estamos en invierno mamá.

—Pero para lo que cobran por el billete podrían haber puesto un poco la calefacción.

Me río y le ayudo con la maleta.

—Espera —Mi madre me indica que me quede quieto —. Déjame verte —comienza a inspeccionar, mi cara, mis brazos e incluso me levanta la camisa.

—¡Qué haces! Estamos delante de todo el mundo.

Mi madre rueda los ojos.

—Te recuerdo que me llamaron diciendo que habías tenido un accidente y que te encontrabas en un hospital. ¡En otro país!. Solamente estoy comprobando cómo estás.

—Estoy muy bien, mamá. Ya casi no me duele nada y los moretones están desapareciendo.

—¿Qué estabas haciendo? De verdad Hugo, por casi me da un infarto.

—¿Dejamos las cosas en tu hotel y vamos a tomar algo y te lo cuento allí?

Mi madre asiente con la cabeza y nos dirigimos al coche para ir hacia el hotel donde va a residir durante un par de días.

·····

Nos sentamos en una pequeña cafetería a la vuelta de la esquina, una vez dejada las maletas en la habitación.

El aroma a café y a pasteles recién hechos hacen que me rujan las tripas.

Una joven camarera se nos acerca y nos pregunta que queremos tomar. Mi madre y yo nos pedimos un café los dos pero yo en vez de pedirme una tarta de queso como hace ella, me pido un bollo de chocolate.

EsperandoWhere stories live. Discover now