Capítulo 1

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Eva

Hago un último intento de desenredarme un poco el cabello con los dedos. A veces me encantaría coger unas tijeras y cortármelo por los hombros. Sería todo más fácil. Después recuerdo lo mucho que adoro que la melena me llegue casi a la parte baja de la espalda y se me pasa. Lo que ocurre es que es insufrible peinarlo. Sobre todo cuando no tienes casi tiempo. Como ahora.

Había quedado con Rafa a las seis menos cuarto en su residencia de estudiantes. Son las cinco y media. Ni un milagro me hará llegar a esa hora. Le escribo un mensaje diciéndole que llegaré un poco tarde. Espero que no se enfade... Aunque casi nunca se enfade, se que le irrita mi impuntualidad.

Rafa es... como explicarlo. ¿Mi mejor amigo? Hasta hace un tiempo era así. Era mi mejor amigo hasta que hace menos de dos semanas me besó. Y yo le seguí. Me sorprendí a mi misma correspondiéndole el beso. Era extraño. Siempre le había visto como un amigo. Es cierto, que en el último mes habían cambiado las cosas y puedo llegar a decir que incluso había tonteo y atracción mutua, y que me encontraba mirándole de otra forma... pero ahora, llevamos unas semanas que no sé que somos. No somos amigos porque nos besamos pero no estamos saliendo porque ninguno ha confirmado nada...

Tampoco sé como me siento al respecto con esta situación. Rafa me gusta, sí, pero no sé si lo que siento es lo que se supone que debería sentir. Tal vez me enamore más adelante. En fin... no tengo ni idea si estoy haciendo lo correcto. Una cosa la tengo clara. No quiero hacer daño a Rafa. Verle sufrir me rompería por dentro, y sé que está muy pillado por mí.

Cojo las llaves y llamo a la puerta de la habitación de mi compañera de piso. Anne está sentada con las piernas estiradas y con el ordenador encima. Su pelo corto y rizado se ve aplastado por los enormes auriculares morados que tiene puestos, haciendo que su cara se vea como la de una niña pequeña.

—Te como la cara entera —Digo mientras me sitúo al lado de ella y me inclino para darle un beso. Anne pausa lo que sea que está viendo en su pequeño portátil y se quita los cascos para escucharme mejor.

—¿Te vas ya? —Me pregunta mientras me deja un hueco para que me siente.

—Sí, Rafa me está esperando y ya voy tarde. No volveré muy tarde. Supongo que saldremos a dar un paseo y a tomar algo. ¿Sigue en pie pedir a domicilio esta noche?

—Pues claro. Te estaré esperando aburrida.

—¿Hoy no viene Gèrard?

—Que va. Ha venido su hermana de visita y le va a enseñar la ciudad. Sam no contesta a las llamadas, Anaju tiene dentista, Nia se encuentra mal y Maialen está viendo una serie nueva y no hay quien la mueva del sofá. Parece que todos han buscado una excusa para no quedar conmigo.

Pongo los ojos en blanco y le acaricio el pelo.

—No seas tonta. Bueno me tengo que ir que el bus pasa en cuatro minutos. No tardaré.

Me dirijo a la puerta de entrada para salir de nuestro pequeño, pero acogedor, apartamento. Antes de cerrar completamente me despido con un "¡TE QUIERO!" a lo que inmediatamente me responde con un "YO MÁS", con el que me conformo y me dirijo al ascensor.

Quince minutos más tarde estoy en la entrada de la residencia de estudiantes. Saludo a los chicos de recepción que ya me dejan pasar sin necesidad de permiso ya que voy habitualmente ahí. No sólo reside temporalmente ahí Rafa, sino más amigos y compañeros míos de clase. Vamos todos a una de las mejores academias de arte del país. Se cursa de todo: desde canto e interpretación, en la que estamos mis amigos y yo, a escenografía, pintura... Estoy viviendo en una fantasía.

EsperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora