OXITOCINA (EN FÍSICO)

CAPÍTULO: 47

LUKÁS

Hace menos de 48 horas, en las oficinas de la Editorial Ink-Cloud.

—¿Dentro de cinco días?—me alarmo—. Quedamos que el plazo eran dos semanas. Es una decisión demasiado importante.

—Y puede ser la que lance tu carrera.

La voz Ángel, el director de la Editorial Ink-Cloud, se escucha tajante, convencida al cien por cien de que aceptar esta nueva oferta de trabajo puede ser el impulso que me haga despegar, ya no solo como editor, sino también como escritor.

—Vine a España a empezar una nueva vida, sería como volver al principio.

—¿No te hace ilusión volver a tu hogar natal?

—Tengo cosas más importantes a las que brindar toda mi atención.

—¿Más importantes que tu futuro?—froto mis ojos con firmeza, dejando salir todo el aire retenido en mis pulmones—. Te creía hecho de otra pasta, muchacho. Tal vez no estés hecho para encabezar esta oportunidad.

—Usted mismo sabe que no hay nadie mejor que yo dentro de la empresa como para liderar un proyecto así.

—¿A qué esperas entonces?

A ella. A que no diviso un futuro si Lola no forma parte de él. Ni siquiera el mío. Sé que suena terriblemente egoísta pero, la necesito conmigo. No me imagino despertar cada mañana sin el olor a lienzo húmedo ni pinturas al oleo empapando las paredes de mi habitación, sin el dulce sabor de sus labios sobre los míos, sin su exótica e inconsciente forma de activar mis sentidos. Todos ellos. Incluso los que se quedaron dormidos, inmersos en la densa oscuridad.

Aquí, ahora, tengo todo lo que buscaba el día en el que me embarqué en ese vuelo de avión que me trajo de vuelta a España, al Muse's, a sentirme vivo de nuevo. Tengo la suerte de poder trabajar en aquello que se asemeja a una de las ramas que estudié, saco tiempo para escribir y ya no sé si hago el amor o es el amor quien me maneja a mí a su antojo, me da igual, solo sé que disfruto de cada ápice de mis días con la mujer de mis sueños. Con mi mejor amiga, quien me conoce realmente como soy.

Pero no puedo evitar percibir el murmullo insaciable de mi faceta ambiciosa. El futuro nunca antes me ha dado tanta sensación de vértigo.

Ángel posa su robusta mano sobre mi hombro derecho y le propicia un firme apretón.

—Me trae sin cuidado el tiempo que lleves en la editorial, aquí hay personas que ni trabajando cien años más, llegarían al nivel que tú tienes. Distingues el talento, la novedad, a leguas de distancia. Todos los artistas que han tenido la suerte de trabajar contigo, coinciden en que hay algo especial en ti.

—Trabajo igual que cualquier otro miembro de...

—No estoy desprestigiando el trabajo de otros, solo recalco el tuyo como perfil idóneo en esta nueva oportunidad laboral. Piénsalo, Lukás. Ink-Cloud necesita caras nuevas, renovarse, y tú lo estás haciendo. Llevar a Viena un proyecto así es de locos, allí es donde residen los magnates, los verdaderos jefes de la Editorial. La cuna de este negocio internacional, fue tu ciudad natal. Y quién mejor que tu para trabajar, codo con codo, en el nuevo sector; fomentar la traducción de libros infantiles, juveniles, novelas de todo tipo, en toda clase de población.

—¿A qué se refiere con eso?—aparto su mano, con cierto grado de indignación—. Mi discapacidad no es una marca con la que sacar dinero.

Confuso, enfadado y, de alguna manera, incomprendido, me dispongo a salir de la oficina del director editorial. Con un golpe seco, alargo mi bastón de color verde hasta que el extremo final impacta con el suelo de madera lisa. Es suficiente que mi mano agarre el frío picaporte de la puerta para que Ángel vuelva a pronunciarse con la misma serenidad.

—Desgraciadamente, tu vida, tomó una dirección inesperada, para ti y tus seres queridos. Tuviste que aprender a vivir de nuevo, le comparo con una especie de renacer. Aprendiste que, con esfuerzo y constancia, hay vida detrás de las discapacidades visuales—explica compasivo, no obstante, no me digno a situarme cara a cara—. Ahí fuera, hay miles de chicos que están buscando esa chispa de esperanza. Y no les importa que sea un bombero, médico o un escritor quién se les haga ver que es posible tener una vida normal. Vas a descubrir grandes historias, lecturas para todo el mundo, ¿por qué no también para esos chicos? Tienen derecho a disfrutar, con un libro entre sus manos o no, igual que tu lo tuviste. Y ahora, quién sabe, puede que este sea también el tren que te lleve a publicar. Tienes mucho talento, Lukás.

Aprieto tanto mi mano contra la manilla metálica hasta el punto de que los nudillos se resienten, dolorosos y rígidos. Dentro de dar vida a nuevos títulos, de quitarles las máscaras a autores desconocidos hasta la fecha, cabe la posibilidad de dar visibilidad al braille, de poder llevarlo mucho más allá de lo que estamos acostumbrados a oír.

Con un chasquido, abro la puerta de la oficina, cargando la espalda con mi nueva oportunidad laboral, el inesperado retorno a Viena, la intangible pero tan emocionante idea de poder darme a conocer como escritor, el hecho de dejar aquí a Samuel, reencontrarme de nuevo con mis raíces, con mis padres, una retorno donde Fynn ya no va a estar y, entre todo lo demás, sacar las suficientes fuerzas y palabras exactas cuando llegue el momento de contárselo a Lola.

—Tu vuelo sale en cinco días, espero tu llamada.          

Reconozco que no tenía pensado escribir este capítulo. Pero, tras pensarlo y meditarlo mucho, creo que así se va a entender mejor la trama final de la historia. 

Lukás se enfrenta a una nueva posibilidad de crecer a nivel profesional y personal, ¿qué creéis que debería hacer? ¿Y Lola? 

Quiero recalcar que esta escena ocurre antes del trágico suceso de América en el hospital (tal y como aparece en el encabezamiento del capítulo).

Y ahoooooora viene una pequeña sorpresa. Hace un tiempo os anuncié que la protagonista de la segunda parte independiente de Oxitocina va a ser nuestra dulce Abril. Pero ahí no acaba todo, hoy os traigo el título definitivo de esa segunda parte que tantas ganas tengo de traeros pronto.

Y se titulará...*redoble de tambor 🥁*.... 💥🔥"ADRENALINA" 🔥💥

¡Contadme vuestras impresiones!

Nos leemos, bonicos ❤

PD: Os recuerdo que para ver más contenido sobre la historia, os dejo mi cuenta de Instagram dedicada a Oxitocina: oxitocina_wattpad.